COMPARTIR

Loading

No fue necesario esperar mucho.

Ni siquiera ir al pleno a la primera votación polémica sobre los temas más caros al Gobierno en la segunda mitad.

Bastaron las primeras negociaciones.

A ellas llegaron las fracciones con afanes distintos: los del partido de Estado para hacerse del control legislativo a través de la Junta, la Presidencia y las comisiones más importantes.

La oposición en busca de las mismas posiciones para ser contrapeso y evitar el agandalle del primer trienio de la administración.

Los arreglos están a la vista:

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es primero con 20 comisiones de las 51 comisiones, pero aceptó repartir.

La base del arreglo fue la dupla M&M, como ya se conoce en San Lázaro a la asociación Alejandro Moreno-Rubén Moreira, amos y señores del organigrama del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Como cabeza de la Alianza Va por México, los priistas lograron 12 para Acción Nacional (PAN) y ellos se llevaron siete, entre ellas Gobernación y Población.

ACUERDOS CON MORENA

El entendimiento de largo alcance está consolidado.

Se cumple así el propósito presidencial, adelantado a voz en cuello el 6 de junio apenas conocidos los resultados electorales para aprobar cambios a la Constitución:

“Si se quisiera tener mayoría calificada, que son dos terceras partes, se podría lograr un acuerdo con una parte de los legisladores del PRI o de cualquier otro partido, pero no se necesitan muchos para la reforma constitucional”.

Esa es la nota y desde ahora firme usted la solidez de la alianza Morena-PRI.

O PRImor, como quiera.

El primer gran arreglo del tricolor fue quedarse con la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, con el compromiso de presidir la Mesa Directiva durante el segundo año.

El siguiente fueron las comisiones y el definitivo es el de convertir a la fórmula M&M en puente parlamentario y con el Gobierno federal.

Alito conservará su discurso con el cual califica a Morena es una desgracia para México inclusive de la otrora llamada la más alta tribuna de la Patria.

LOS DINEROS DE PALACIO

1.- Lo más cuidado desde Palacio Nacional fue el derecho de conservar la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública.

¿Por qué?

Porque desde ahí se alimenta la gran maquinaria electoral del Gobierno y se asignan los recursos para manejar al pobrerío.

Programas sociales, les llama el oficialismo, pero la charola se pasa luego con la credencial de votar y será fundamental en seis estados el año próximo, dos en 2023 y sobre todo 2024 para retener la Presidencia de la República.

La pinza se cierra con la Comisión de Hacienda y Crédito Público, la cual fue entregada a un partido aliado, el Verde Ecologista de México (PVEM).

El oficialismo controlará también Energía por razones obvias y Puntos Constitucionales, desde donde se impulsarán los cambios a la Carga Magna.

Y 2.- Los priistas prometen impulsar apoyos al campo, pero ya no existe agricultura y tratarán de defender la causa rural desde la Comisión de Ganadería.

Si la relanzan, será importante la Comisión de Vigilancia, de la cual depende la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de David Colmenares, hoy con autonomía debilitada