No fue, como nos dicen, una reunión amable.
Los enviados de Joe Biden fueron muy enérgicos para reclamar a su contraparte mayores y mejores acciones de seguridad.
Más eficaces.
Mucha información se ha filtrado tanto en Estados Unidos como en México, pero todavía hay datos no difundidos.
Sobre todo para tener idea del ambiente imperante en el diálogo comandado por el secretario de Estado, Antony Blinken.
Pero no fue el único en hablar.
También lo hicieron, y con mayor energía, el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, y el fiscal general Merrick Garland.
Ante la representación encabezada por el canciller Marcelo Ebrard insistieron en atacar con mayor fuerza a los cárteles de las drogas.
Porque ya no nada más se dedican al trasiego de enervantes, pues se han diversificado sus actividades hacia otras ramas del crimen organizado.
Las más perniciosas socialmente: traslado de indocumentados, secuestro, venta de protección y contrabando de armas.
AGENTES CON O SIN VISAS
Fuentes consultadas confirman gran parte de la información difundida.
En especial con lo manejado en redes sociales por el empresario Gilberto Lozano, periódicos estadounidenses y columnistas mexicanos.
Es verdad: se reclamó la entrega de tres grandes capos, permisos para agentes de la DEA (Drug Enforcement Administration), respetar el acuerdo comercial (T-MEC) y respetar derechos humanos.
Aquí entró el señalamiento de los 20 mil pesos entregados a haitianos para incentivarlos a quedarse en México y recibir credenciales de elector.
Pero cuando se exigió persecución efectiva de los grandes delincuentes y cárteles, un miembro de la comitiva visitante sorprendió a la local:
-Se acabó la fiesta.
Ahora, abundó, es el tiempo de los resultados y por ello Estados Unidos necesita operar dentro del territorio mexicano con sus propios agentes “y ustedes nos van a dar las visas”.
-Vamos a ver… -titubeó un funcionario mexicano.
-Si no nos dan autorización, de todos modos van a estar aquí -remató el estadounidense.
Aviso del porvenir.
LA MANO AMIGA DE KERRY
1.- Este tono duro no estará presente hoy en Tabasco durante la visita de John Kerry.
Ahí darán oportunidad al Presidente de hablar de sus programas, aunque en México estén cuestionadas desde la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de David Colmenares.
2.- Debió ser un negociador, el senador Ricardo Monreal, quien llamara la atención al director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett.
Debe esperar la decisión del Congreso, le dijo, para saber si se cancelan o no las concesiones otorgadas a particulares con la ley en la mano.
Bartlett se apoyó en la advertencia de su amigo presidencial, quien quiere la aprobación de la iniciativa en todos sus términos, sin cambiar siquiera una coma.
Y 3.- El fin de semana se cumplió lo anunciado aquí el lunes pasado: el gobernador bajacaliforniano Jaime Bonilla fue invitado a incorporarse al gabinete federal.
Además de la deferencia presidencial de escuchar sus informes, constancia de amistad, le dio oportunidad de analizar la oferta.
¿Cuál es la clave?
Autonomía para manejarse y no como el resto de colaboradores federales, simples aplaudidores de cuanto discurso u orden da el caudillo.