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Es una vieja historia:

Decenios atrás los candidatos del PRI tenían dos tomas de posesión:

La primera al rendir protesta como nominados porque desde ese momento comenzaban a dispensar favores y promesas.

Y la segunda cuando tomaban posesión -el cargo era lo de menos- y les era dado poder y dinero públicos a raudales.

Eso era antaño.

Hogaño el turno es para los abanderados y votados del partido oficial, cuya soberbia los pone por encima de la lógica y de la ley.

Analice usted un caso:

Marina Vitela, la designada por los dioses, hace propaganda en oficinas gubernamentales o públicas como la Cámara de Diputados.

Todavía no inicia formalmente su campaña por la gubernatura de Durango, pero ya es motivo de escándalo y debiera ser objetivo de las autoridades electorales.

En su arrogancia y desprecio por la norma lleva la penitencia: el senador José Ramón Enríquez ha resultado un personaje con más arrastre del previsto desde Palacio Nacional y sigue su inconformidad contra Marina.

Pero también la oposición ha resultado menos débil y el candidato de la alianza Va por Durango, Esteban Villegas, se le acerca peligrosamente en las encuestas.

LA CLAVE DE LA OPOSICIÓN

Esteban Villegas es muy popular en Durango capital.

Pero la suerte de la alianza de PAN, PRI y PRD estará en postular políticos con arraigo en otros lugares, especialmente en La Laguna.

Tienen posiciones para ofertar a ambiciosos, contener fugas y tejer acuerdos: 39 presidencias municipales, 39 sindicaturas y 327 regidurías.

De súbito, la sucesión de José Rosas Aispuro no está tan definida como se creía y, salvo intervención de Bucareli, resoluciones a modo del TEPJF o injerencia de la maña, habrá competencia.

Porque está a vistas la falta de operación del gerente de Morena, Mario Delgado, para consensuar designaciones y evitar inconformidades.

Si cumpliera su papel, no estarían las protestas de Susana Harp contra Salomón Jara en Oaxaca, José Ramón Enríquez contra Marina Vitela en Durango y Maki Ortiz contra Américo Villarreal en Tamaulipas.

Si no hay entendimiento, y en ello está Gobernación como informábamos el lunes, pueden venir diásporas, rebeliones o por lo menos inacción, brazos caídos de las bases inconformes.

¡Ah, la soberbia del poder!

MARIO DELGADO vs. LA LEY

En este México nuestro todo puede desvirtuarse al gusto del poder.

Ayer referimos en este espacio cómo la soberbia coloca al filo de la ley a gran parte de los candidatos del partido del Gobierno.

Pues no nada más la duranguense Marina Vitela hace campaña en espacios de Gobierno y en la Cámara de Diputados, sino también el gerente de Morena, Mario Delgado.

¿Por qué?

Porque el administrador presidencial no disfraza sus acciones: fue a la Cámara y habló con su bancada con un título especial:

-Estrategia para la ratificación de mandato.

¿Ratificación?

Si la Constitución General de la República dice lo contrario: revocación, medida para expulsar al Presidente arbitrario.

Y la sociedad mexicana, como la Constitución, no clama por revocar el mandato dado en 2018 a López Obrador hasta el día último de septiembre de 2024.

Pero ni Mario Delgado ni ningún morenista se manda solo.