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Otra vez el Senado de la República.

En sus manos está corregir la designación como embajador de un hombre con negro pasado e inexperiencia diplomática.

Ese cuerpo legislativo perdió la oportunidad de dar al país una digna presidenta en la CNDH cuando se impuso a Rosario Piedra Ibarra.

Ojalá ahora no, pero también por presión presidencial puede ratificar a Leopoldo de Gyves de la Cruz como embajador en Venezuela.

Un pasado marcado por invasiones, robos, extorsiones, denuncias penales, investigaciones inconclusas, delitos no castigados…

El anuncio de su nombramiento encendió las alertas en varias partes:

En observadores con experiencia porque, hoy como nunca, ven hundirse a la diplomacia mexicana con políticos sin prestigio.

Y en Oaxaca porque han padecido durante decenios al hijo del general Leopoldo de Gyves Pineda, cuya rebelión contra las autoridades lo llevó en los ochentas al Campo Militar número 1.

AL AMPARO DE LA LUCHA SOCIAL

El escándalo es explotado por el periódico El Correo de Oaxaca, dirigido por Carlos Velasco.

La pregunta dominante es si el canciller Marcelo Ebrard suministró a Palacio Nacional sólo medias verdades o una sarta de mentiras.

Recuerda sus expedientes y en especial el robo de 20 hectáreas a Mario Bustillo Cacho, aunque ahí la calaña de ambos es equiparable.

Leopoldo de Gyves de la Cruz se ha convertido en líder de la COCEI, esa agrupación de infausta memoria en Juchitán en particular y en el istmo y el estado en general.

Bajo invocación de la “lucha social”, dice El Correo de Oaxaca, ese ex alcalde y ex diputado se ha dedicado a invasiones, chantajes, amenazas y otros delitos sin castigo.

Abiertamente el semanario pide al Senado, donde el jefe del control político es Ricardo Monreal, investigar a fondo e impedir el absurdo de hacerlo representante de México en Caracas.

El rotativo no se cuestiona, en cambio, la afinidad entre el autor del mensaje, el mensajero y el destinatario del mensaje.

VIRTUD DE LAS CLASES VIRTUALES

Cuánta razón tuvo Esteban Moctezuma al buscar un contrato multianual para clases virtuales.

Desde marzo de 2020, a inicios de la pandemia, buscó un arreglo de largo plazo para reanudar la enseñanza básica en cuanto fuese posible.

Aquí dimos la primicia en marzo de 2020, aunque hubo críticos por el pago inicial de 450 millones de pesos a varias cadenas televisivas.

Eso requirió inversiones especiales como la de Televisa de Emilio Azcárraga para extender su señal a casi 10 millones de estudiantes.

Hoy millones de ellos lo tienen como único recurso muy a pesar de las autoridades, cuya instrucción es acudir a clases presenciales.

No será posible porque más de una decena de gobernadores y el magisterio liderado por Alfonso Cepeda (SNTE) y Carlos Jonguitud (STE) no quieren exponer a profesores, alumnos y padres de familia.

La CNTE no cuenta para estos efectos porque se niega a todo y la enseñanza y la formación de generaciones de mexicanos jamás será su prioridad.