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Era un gabinete digno.

O al menos así se ve hoy.

Porque aquellos secretarios de Estado frenaron en marzo de 1994 el intento de Carlos Salinas para cambiar la Constitución.

Ayer dimos cuenta de la oposición del gobernador del estado de México, Emilio Chuayffet, a convertir a México en un país bananero.

Su característica, precisó, es modificar la ley suprema para atacar o favorecer a un personaje como ahora se pretende beneficiar a Arturo Zaldívar.

Pero hubo más opositores destacados, me recordaron ayer varios actores de aquella escena salinista urdida para desplazar a Ernesto Zedillo y Fernando Ortiz Arana.

El mayor honor de esa fecha lo merece Jorge Carpizo por manifestarse en contra como secretario de Gobernación y constitucionalista.

También rechazó mediar con gobernadores, dirigentes partidistas, coordinadores parlamentarios, candidatos de oposición…

MINISTROS CORRUPTOS

Otro fue Diego Fernández de Cevallos.

Su ascendencia panista no estaba en duda, fue contendiente de Luis Donaldo Colosio y luego de Ernesto Zedillo y Cuauhtémoc Cárdenas.

Le pidieron convencer a los panistas.

Hábil, El Jefe Diego acudió con Jorge Carpizo y luego con Carlos Salinas.

Escuchó la petición presidencial y reaccionó con un reto:

-Primero convenza usted a los suyos y luego yo hablaré con los míos.

Así, desde dentro, se dinamitó aquella reforma a la Constitución dirigida para favorecer, se especulaba entonces, a Pedro Aspe o a José Ángel Gurría.

Hoy nadie en posición de poder se opone ni tiene siquiera dignidad para expresar una opinión diferente.

Y si no lo hacen secretarios de Estado o coordinadores parlamentarios morenistas e incondicionales, no hay mucho para esperar de los ministros.

Porque diez de los once, todos menos Arturo Zaldívar, son corruptos y si no votan a favor de la reforma pasarán a ser enemigos del régimen.

De esa acusación presidencial no escapan siquiera sus seleccionados Juan Luis González Alcántara, Yasmín Esquivel y Margarita Ríos Farjat.

Malo, porque de las descalificaciones presidenciales sólo ellos estaban a salvo.

EL PAPA Y LA VIOLENCIA

1.- La visita del nuncio Franco Coppola a Aguililla tuvo su origen en Ciudad del Vaticano.

No fue idea de su representante, sino del Papa Francisco, quien dio la instrucción y la extendió al arzobispo de Michoacán, Carlos Garfias.

El propio Garfias proporcionó la información al portal Quadratín del periodista Francisco García Davish.

2.- Los debates tienen carta de naturalización en las campañas y se dan en todos los niveles.

Pero en pocas ocasiones los candidatos detallan carencias a heredar y medidas a aplicar.

Lo hizo Beto Maldonado, aspirante a alcalde de Tlaquepaque, un municipio que hace tres años captaba 35 millones propios y ahora… ¡sólo 25!

Ay, la corrupción.

A contracorriente federal, Maldonado promete permitir la apertura de negocios con todas las facilidades y con 60 días para regularizarse.

Y 3.- Hoy la atención estará centrada en Sonora, donde debatirán el oficialista Alfonso Durazo, el aliancista Ernesto Gándara y el empresario Ricardo Bours.

La guerra de encuestas hace difícil advertir un seguro ganador.