COMPARTIR

Loading

Es realmente patético como el gobierno engaña al pueblo con sus narrativas perversas llenas de engaños y mentiras. En primer lugar, los ataques al Instituto Nacional Electoral (INE), cada vez son más virulentos, aduciendo un pretendido abuso de uso de recursos públicos se pretende desprestigiar al INE ante la opinión pública, cuando precisamente este Instituto es el que llevó a Morena al poder, el que ha sido el responsable que los votos “cuenten y se cuenten”.

Sí, es cara la democracia en nuestro país, pero es costosa porque los propios partidos políticos con la gran desconfianza que existe de posibles fraudes electorales (derivada de casi 70 años del gobierno del PRI manejando las elecciones a través del propio gobierno, se cometieron toda clase de tropelías y chanchullos en las elecciones), han puesto infinidad de candados y redundancias en los procesos electorales para evitar cualquier trampa.

Constantemente se denosta al INE por parte del presidente, él dice que es una institución que viene del pasado conservador, que simulan ser demócratas, pero, en realidad, son aplaudidores de fraudes electorales.

Con estas declaraciones emitidas sin fundamento alguno, lo que el presidente pretende es desprestigiar al INE a través de viles mentiras y engaños, preparando el escenario para presentar una reforma electoral que cambie a los integrantes del INE para suplantarlos con personas cercanas a Morena y al presidente, como lo ha hecho con los órganos reguladores en materia de energía y lo ha pretendido hacer, hasta ahora, sin éxito con la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Se dice que se quiere hacer una reforma del INE a “profundidad”, pero no dicen en qué consisten estas reformas. Se supone que lo que pretende el presidente es quitarle al INE su autonomía en lo más que se pueda, para que su movimiento capture lo más posible al órgano electoral para que funcione “a modo” del régimen.

También el presidente pretende engañar al pueblo con las supuestas bondades de su reforma energética (yo digo que es energética y no nada más eléctrica, porque su iniciativa desaparece a la Comisión Nacional de Hidrocarburos que es el órgano regulador autónomo para el manejo de la exploración y explotación petrolera), cuando lo que está haciendo, es por mero afán de tener más poder sobre la generación de electricidad, para darle a CFE, dependiente del Ejecutivo, el monopolio absoluto a nivel nacional del mercado eléctrico, sin importarle que CFE ni el Estado mexicano carecen de la capacidad de manejar todo el mercado eléctrico nacional, provocándose, además de la fuga de capitales y la entrada de nuevos a México, la disrupción del servicio de energía eléctrica en el país, generándose apagones y aumento exponencial de costos en detrimento de la economía nacional.

El engaño continuará con el “no pasa nada” respecto de la caída estrepitosa en la inversión, principalmente derivada de la pérdida de confianza en el gobierno y la inestabilidad regulatoria, así como con el manejo de la pandemia que ha causado cientos de miles de muertes que se pudieron haber evitado.

Pero el engaño más escandaloso que existe, es el derivado de la supuesta honradez del gobierno del presidente de la República, cuando se ha exhibido el descaro que el hijo del presiente muestra en la casa en Houston proporcionada por un funcionario de los contratistas tradicionales de PEMEX, ante la andanada de críticas soeces del presidente a la “corrupción del pasado” y al mundo de lujos y extravagancias de los “conservadores”, y al estribillo de “nosotros no somos iguales”, que ante el reclamo del PAN al respecto, la Secretaría de Gobernación suspendió las mesas de “diálogo” que iba a empezar con el PAN.

Estamos ante un presiente que miente, traiciona y engaña, démonos cuenta de ello y no caigamos en sus trampas. El hacerlo, implicará un grave daño a los mexicanos que nos hundirá por décadas.