Es una gran vergüenza para los panistas los sucesos de la aprehensión de Genaro García Luna. Hay que admitirlo y decirlo.
El mayor pecado del panismo es portarse bien con el PAN para no perjudicar al PAN cuando salen cosas malas de los gobiernos panistas. Eso nos lo ha cobrado caro la ciudadanía con harta razón.
Sin implicar la condena a priori del exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, podemos decir que hubo muchas razones para haberle perdido la confianza, pero Calderón lo mantuvo a capa y espada, eso es su responsabilidad y tendrá que sufrir sus consecuencias.
Los panistas debemos admitir los errores de las administraciones del PAN. Uno de ellos es claramente este. Otro es el que Calderón le entró de lleno a la guerra en contra del crimen organizado sin el previo debido análisis de sus implicaciones.
Indudablemente que el gobierno jamás debe permitir que los criminales sean los que impongan su ley, pero es responsabilidad del gobierno de atacar a los problemas con inteligencia y mesura.
Para que el PAN recupere su calidad moral para ofrecer una buena opción de gobierno, primero debe de admitir sus errores dando la frente a los mexicanos y entablar una franca comunicación con los ciudadanos.
No obstante, estos errores, los gobiernos emanados del PAN fueron mucho mejores a sus antecesores y a los posteriores, sobre todo en la conducción ordenada de la administración pública y el manejo de la economía, sin que debamos de omitir que sí hubieron conductas de corrupción.
En el entorno del Siglo XXI, todos los gobiernos han fracasado en el combate al crimen, aunque debemos decir, que el gobierno de Calderón recuperó los márgenes de seguridad a índices aceptables, aunque siempre quedará la duda de si fue a costa de hacer un cartel más poderosos sobre los demás.
Esto lo sabremos pronto, según se vayan descubriendo los aspectos del juicio que se inicia en Estados Unidos en contra de García Luna.
Es indispensable que el PAN establezca una clara comunicación con la ciudadanía de que existen buenas intenciones en ese instituto político y que no solamente es un vehículo para que obtengan el poder personas sin escrúpulos cuyo único fin es tener un beneficio personal.
Precisamente en eso estriba el éxito que ha tenido políticamente López Obrador, que la ciudadanía le ha creído y le tiene confianza de que está actuando sincera y honestamente.
Hasta ahora, no ha habido prácticamente ninguna organización política y ciudadana que haya logrado esto.
Esta facultad de AMLO es única y ha sido su clave del éxito. Todo lo malo que pueda resultar de su gobierno es debido a sus predecesores o a terceras personas fuera de su control, y si son personajes que están bajo su férula, o son traidores o simplemente son inocentes y se les quiere atacar para perjudicar a AMLO.
Ante esta especial tesitura, el PAN no se puede dar el lujo de defender a personajes como García Luna, independientemente del resultado judicial en los Estados Unidos. Por lo que dicho partido debe de deslindarse de dicha persona, aceptar el error de su participación en el gobierno de Calderón, disculparse sinceramente con la ciudadanía y presentar propuestas serias para la solución del problema de inseguridad que existe en México.
Solo así, existe una verdadera posibilidad de que AMLO tenga una verdadera oposición, no una que haga descarrilar su proyecto que en mucha medida tiene grandes méritos: acabar con la corrupción, con la insana alianza del poder político con el poder económico para la obtención de privilegios, combatir la desigualdad y fortalecer la conducción democrática del país, sino que conceda a los mexicanos un balance de poder para evitar los abusos del autoritarismo, que impulse el Estado de Derecho, el desarrollo económico del país y una ordenada administración que nos conduzca hacia el logro del bien común.