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Nos encontramos ante grandes preguntas sobre qué efectos traerá la pandemia del Covid-19 en la economía mundial. Los mexicanos sabemos que en nuestro país el efecto económico de la pandemia va a ser devastador al combinarse con el crecimiento negativo del año pasado y la posición del gobierno de, simplemente, no hacer nada para paliar el golpe que sufriremos.

Me atrevo a hacer una serie de reflexiones sobre cómo el mundo pudiera ponerse de acuerdo para atenuar el impacto económico de la pandemia, partiendo de unas bases sencillas:

El efecto de la pandemia es temporal. Unos dicen que puede ser de 2 a 4 meses. Otros dicen que puede ser de entre 6 y 18 meses. Pero, independientemente del tiempo de duración, sabemos que es relativamente corto, si lo comparamos con el tiempo que llevaron las grandes guerras.

Tenemos que concentrarnos con qué es lo más esencial para la humanidad y sujetarnos a atender las necesidades indispensables para mantener a nuestra especie humana viva.

Podemos decir que los alimentos son los elementos materiales indispensables para nuestra preservación. Esto debe de incluir toda su cadena productiva: cultivo, cuidado, riego, fertilización, combatir plagas, financiamiento, procesamiento e industrialización, etiquetado y sus cadenas de logística y distribución, como el empaque, transporte, almacenaje y expendio al mayoreo y menudeo. Luego viene el cocinado y procesamiento en expendios, entregas a domicilio, etc. Todo lo anterior requiere soporte como investigación y desarrollo, seguridad, telecomunicaciones, servicios legales y contables. También requiere grandes cantidades de mano de obra a todos los niveles e infraestructura carretera, de telecomunicaciones, puentes, sistemas de riego, etc.

Otro de los servicios importantes e imprescindibles para la supervivencia humana es el agua, que requiere su extracción, transporte, su procesamiento, potabilización y disposición. También a veces se requiere su envasado y distribución. Todo ello requiere una gran infraestructura y participación de personal operativo y administrativo, con la necesidad de soporte técnico, legal, contable, etc.

Finalmente, considero que otro aspecto esencial para la subsistencia es el servicio de salud y todo lo que implica: personal médico, enfermeras, apoyo técnico, mantenimiento, infraestructura hospitalaria, aparatos y equipos médicos y hospitalarios, medicamentos, con aspectos concernientes a su elaboración, materias primas, patentes, costos de investigación y desarrollo, empaque, distribución y todo lo que implica de soporte de servicios de seguridad, legales contables, telecomunicaciones, costos administrativos, etc.

Tomando como punto de partida estos tres elementos básicos: alimentos, agua y servicios médicos, pudiéramos en lo demás declarar una especie de moratoria temporal de pagos, mientras dure la contingencia por la pandemia.

Así, no habría obligaciones para pagar sueldos, honorarios, rentas, financiamientos (ni principal ni intereses), los servicios públicos, salvo el agua. Los impuestos se reducirían al mínimo para sufragar los apoyos gubernamentales necesarios para alimentos, agua y servicios médicos.

Los pagos por energía se suspenderían, como son el petróleo, los combustibles, el gas y la electricidad, salvo los componentes para mantener operando los alimentos, el agua y servicios médicos.

Esta propuesta es un mero ejercicio de cómo se puede reducir la economía al mínimo y poner todo lo demás en suspenso. El sistema capitalista se tendría que poner en espera para la protección de un bien mayor, que es la vida y la salud del género humano.

Es posible que falten excepciones en las cosas esenciales que necesitamos. Pero debemos tomar en consideración que todo esto es temporal y que, si la humanidad decide hacer algo creativo económicamente hablando, para salvar su existencia y viabilidad, a lo mejor damos los primeros pasos necesarios para crear un entorno económico mundial más justo y humano que nos evite esta tremenda lucha ideológica que estamos teniendo, mucho con ánimos de dominación y acumulación de poder y de riqueza que luego viene a perjudicarnos a todos.

Reflexionemos ante esta crisis mundial que nos aqueja, de que podemos con creatividad encontrar la mejor solución.