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En México la realidad siempre supera a la realidad.

Y, peor aún, a la norma.

Porque las autoridades no asumen el cumplimiento de sus obligaciones ni son forzadas por la sociedad para dar cumplimiento a la ley,

Ser responsable de la gobernabilidad nacional interna no garantiza plenos poderes en todos los asuntos si no hay respaldo del jefe.

Deben atenderse aspectos de trato y coordinación con el resto del gabinete, gobernadores de todos los estados y por supuesto los problemas derivados.

Uno de ellos es, citemos para ejemplo vigente, la escasez de agua en toda la región fronteriza y en especial en la zona metropolitana de Monterrey.

Los gobiernos federal y estatal no tomaron las previsiones necesarias para no matar a la población de sed, pero ahora están al frente el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el gobernador Samuel García.

Hay declaraciones, muchas promesas, pero no garantías de entregar agua a algo así como cuatro millones de personas carentes de ese servicio para aseo personal y actividades básicas.

EL MÁS CONFIABLE

Hoy el tema es otro.

Desde Palacio Nacional se han redefinido posiciones y funciones y el ganador, naturalmente es el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Hay una instrucción más o menos definida en los siguientes términos:

-Tú te encargas de atender todos los problemas del país mientras yo recorro el país para estar atento de asuntos políticos y sociales.

Y esos asuntos, todos lo sabemos, son la campaña permanente para mantener la clientela del partido gubernamental, el control de los programas oficiales de asistencia social y la selección de candidatos aquí, allá y acullá.

Dicho de otra manera, el secretario de Gobernación tiene a su cargo todos los asuntos importantes, la relación con los estados, con los partidos y hasta con organizaciones sociales.

-Tiene 10 -dijo López Obrador de Adán Augusto López el 17 de diciembre pasado.

Más:

“Dicen que la política es el equilibrio entre las cosas. Tiene el mérito de que es tranquilo, prudente, sabe escuchar, que es lo más importante; es paciente y al mismo tiempo también tiene pasión”.

Con esos datos, concluya usted:

¿Hay alguien más confiable para López Obrador?

Y CLAUDIA O ADÁN

Ya no hay duda.

Tal como lo señalamos aquí, la mascarada de fin de semana disfrazada de elecciones aupó a los dos previsibles para el Gobierno en 2024.

Dos de las corcholatas se llevaron la mayoría de los tres mil congresistas para encaminar el proceso de selección del candidato presidencial de Morena.

En teoría los números preliminares favorecen a Claudia Sheinbaum, pero no es despreciable la cauda de simpatizantes de Adán Augusto López.

Es un primer paso.

Porque el Congreso Nacional de septiembre definirá primero las reglas estatutarias y más adelante las condiciones de postulación del sucesor de López Obrador.

Pero todos lo sabemos: el dedo del tabasqueño no tendrá oposición y al partido oficial -¿todavía Mario Delgado?- sólo le restará dar legitimidad.