Los buenos propósitos terminan donde comienzan los intereses.
En 2021, mermada por egoísmos, la alianza opositora pudo arrasar en las elecciones: hacerse de la Cámara de Diputados, de varias gubernaturas, del control de la Ciudad de México.
Pero pudieron más las ambiciones personales o partidistas y, ante su miopía colectiva, Palacio Nacional y sus operadores electorales emergieron como los principales ganadores.
-¿Han hecho cuentas de los resultados si han ido unidos en una alianza nacional? -pregunto a Jesús Zambrano, presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
-Tendríamos el control absoluto de la Cámara de Diputados. Seríamos mayoría calificada y tendríamos el control del presupuesto y de muchas políticas de Estado.
En términos distintos se expresa Alejandro Moreno, Alito, dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI):
-Habríamos arrasado en la Ciudad de México, Colima, Campeche -su estado-, Baja California Sur… Y por supuesto el dominio en la Cámara de Diputados, muchas capitales y congresos estatales.
EL OLVIDO DE 2023
Pero Teléfono Rojo está en condiciones de dar avances.
A aquella oportunidad perdida han seguido las seis contiendas donde habrá elecciones en junio próximo, con seis gubernaturas en juego y una embestida atroz desde el Gobierno.
No van juntos en la mayoría de los estados y su dispersión facilita operativos de Estado como en Quintana Roo y Oaxaca, donde Mara Lezama y Salomón Jara son mano.
Lejos de recomponer el panorama con acuerdos de facto, la disidencia formal -PAN, PRI, PRD, MC- mantiene sus desacuerdos y así van hacia la derrota al primer domingo de junio.
Pero piensan en 2024.
Sí, en las elecciones presidenciales, con números de 2021 y la manipulación oficial de la falsa consulta del 10 de abril para ratificar el poder unipersonal del Presidente para hacer cuanto se le ocurra.
Además, hay muchas divergencias.
CEGUERA DEL PAN
Por principio, la unidad demostrada contra la reforma eléctrica no está en el panorama para la sucesión dentro de dos años.
Dante Delgado no ha prometido el respaldo de Movimiento Ciudadano (MC) al frente Va por México, pues le advierte varios errores y carencia de un proyecto sólido, unificado.
En reuniones internas, el priista Alejandro Moreno, Alito, propone iniciar ya una estrategia para realizar primarias estatales y regionales con prospectos de distinto origen: ciudadano, académico, partidista, empresarial…
De ahí se elevaría a un plan nacional con campañas abiertas y participación ciudadana para perfilar a un prospecto arropado por todas las fuerzas políticas.
Pero el panista Marko Cortés considera prematura esta cruzada, acaso porque cuida al PAN en espera de la imposible rehabilitación de Ricardo Anaya, dueño del changarro.
Por eso Cortés quiere extender el proceso de discusión, selección y postulación hasta fines de 2023, cuando la corcholata escogida por el Presidente ya ande en campaña y con los momios a favor.
Si ya desde hoy todas ellas andan desatadas…
Así no se ve competencia ni futuro.