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Nunca sabremos cuánto hemos perdido en educación.

La salida de Esteban Moctezuma estuvo marcada por desencuentros con el Ejecutivo federal y, a la inversa, el arribo de Delfina Gómez con complacencias.

Primero hablemos del primero.

El potosino tuvo el mérito de asumir, por sí y para bien del estudiantado y del país, la suspensión de clases cuando nos amagaba el Coronavirus.

Emitió el decreto respectivo (16 de marzo de 2020) cuando el humorista de Palacio Nacional, Hugo López-Gatell, minimizaba contagios y les negaba estatus de pandemia.

Pero hizo más, aparte de salvar vidas.

Al amparo del virus y la desinformación del señor López-Gatell, se planeó debilitar la enseñanza básica con ajustes en programas para ahorrar recursos.

Se opuso a ello y, tras discusiones encendidas, su jefe zanjó diferencias con un diálogo narrado así a Teléfono Rojo y publicado en marzo pasado:

¿Por qué no te vas de embajador?

De acuerdo -y Moctezuma pidió Gran Bretaña.

No, porque ese ya tengo un compromiso -y por ello se envió a Josefa González Blanco, a petición de Patrocinio González Garrido…- Mejor vete a Estados Unidos.

Antes de irse a Washington entregó el cargo a Delfina Gómez.

CAMPAÑA DESDE LA SEP

En cuanto llegó, todos vieron las intenciones de la mexiquense.

Integró operadores y al frente puso a Oscar Flores, en la Unidad de Administración y Finanzas para armar el futuro de su jefa.

Ese futuro está por llegar.

Otros segundos de Delfina Gómez asumieron funciones protagónicas, como muestran los desaciertos presupuestarios de Martha Velda Hernández, ideológicos de Marx Arriaga… y para qué más nombres.

La defensa de Esteban Moctezuma da para otro texto, pero mientras Teléfono Rojo hurgaba información, el compañero Ricardo Rocha publicó un dato ya corroborado:

“…Esteban Moctezuma renunció a la SEP al recibir una instrucción que le pareció moralmente inaceptable: el recorte brutal de nueve mil millones de pesos de su presupuesto para enviarlos a las obras faraónicas del presidente: el AIFA, Dos Bocas y el Tren Maya…”.

Por ésa y otras causas, como explicaremos otro día.

MENOS PAGO CELULAR

1.- Si a partir de 2023 usted pagará menos por su celular, se lo deberá al Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET).

Ha pedido al Congreso de la Unión eliminar la tasa de 19% -con sobretasa de tres puntos en IEPS- y aplicar 16% generalizado de IVA.

Sería un paso, asienta el organismo, para garantizar el derecho constitucional a tecnologías de la información y comunicación.

Esa aplicación generó el año pasado seis mil 487 millones de pesos al fisco y a junio llevaba tres mil 405 millones recaudados.

En lugar de eso, solicita el IDET, es necesario incrementar la conectividad en hogares y empresas de todos los segmentos, en especial los más impactados con ese gravamen.

Ojalá escuchen senadores y diputados porque la tributación puede compensarse con mayor volumen de usuarios y no con la marginación de los más pobres.

Y 2.- La segunda lucha de Jaime Bonilla le dio frutos.

No tuvo cinco años de gobernador, pero regresará a su escaño, recibirá dietas, gozará de fuero y dejará colgada la persecución impulsada desde el Palacio de Mexicali.