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Pasa el tiempo y nada.

No se cumple la promesa presidencial de incorporar al Gobierno a parte de la generación de exgobernadores bien portados durante sus administraciones.

Ni siquiera con Jaime Bonilla Valdez, amigo personal y mecenas de López Obrador y de su movimiento político-asistencialista desde hace mucho tiempo.

Memorable fue la gira del titular del Ejecutivo de octubre, cuando asistió a varios informes y en todos los municipios de Baja California presumió la incorporación.

Tres días de recorridos, actos públicos, halagos y confirmaciones de lo esperado: sus dos años en Palacio de Gobierno de Mexicali dejaron huella y sería premiado.

Y si eso hizo con 10% de capacidad exigida desde Palacio Nacional, ¿qué no haría con el ciento por ciento de lealtad corroborada?

Él es de casa y sí, efectivamente, tiene alguna posibilidad de ir a una posición destacada de la administración pública federal.

Pero no tan destacada como se esperaba.

Una subsecretaría, muy de Gobierno de la Secretaría de Gobernación (Segob) y todo, pero no titular de una dependencia de calado y autonomía.

Y falta ver la actitud de Adán Augusto López, quien ya habló con Jaime Bonilla pero, contra confesión pública de parte, se sabe en lista para 2024 y no desea escollos.

Atrasito de Claudia Sheinbaum que estamos trabajando, dice el rock & roll.

QUIRINO, PAVLOVICH, ECHEVARRÍA …

Con los demás es distinto.

Cuando sigue incierto el beneplácito del Gobierno de España al sinaloense Quirino Ordaz, otros ilusionados esperan determinaciones.

La lista es considerable.

La primera sorpresa fue el priista Quirino Ordaz para irse a Madrid pero, con lentitud inusual en la diplomacia, su trámite lleva más de cuatro meses en el aire.

Comparado con otros mexicanos recibidos con regocijo, como fue el caso de Jesús Silva-Herzog Flores en 1991.

En un solo día el entonces encargado de la Embajada, Agustín Gutiérrez Canet, llegó con la propuesta de Carlos Salinas y salió del Ministerio de Asuntos Exteriores con la aprobación.

Hoy la oferta del de Tepetitán está pendiente para otros: la sonorense Claudia Pavlovich, quien iría al Reino Unido; el nayarita Antonio Echevarría y el quintanarroense Carlos Joaquín.

Esos son públicos, pero hay otros esperanzados.

YA LLEGÓ, BONILLA YA ESTÁ AQUÍ

Feliz Día de Reyes.

Más de dos meses después, Jaime Bonilla está a las puertas de la Secretaría de Gobernación (Segob) y en la antesala de Adán Augusto López.

¿Para secretario de Gobernación?

Tal vez, pero más adelante.

He aquí la perspectiva:

Llega a la subsecretaría de Gobierno para operar en especial el trato con los gobernadores, los partidos políticos y los otros dos Poderes de la Unión.

Entiéndase el Legislativo, donde Ricardo Monreal es voz y autonomía, y del Judicial, en espera del control encomendado a Arturo Zaldívar.

Además de relevar a Adán Augusto en temas fundamentales de trato y contacto por la gobernabilidad, al frente estará la posibilidad del relevo.

¿Cuándo?

En 2023, cuando López sea candidato a la Presidencia -¿otro López y no De Santa Anna?- y él ascienda para hacerse cargo de las campañas en todo el país.

Ese es el plan B, si falla el plan A del Palacio del Ayuntamiento.