COMPARTIR

Loading

Para esta temporada de Día de Muertos está garantizado el abasto de flores de temporada como crisantemo, terciopelo, clavel, nube y cempasúchil, las cuales acompañan las ofrendas, altares, fachadas, hogares, camellones, parques, tumbas y cementerios del país, con sus característicos aromas y colores, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

La dependencia federal detalló que en 2021 se sembraron seis mil 774 hectáreas de flores de temporada, de las cuales dos mil 777 fueron de crisantemo, dos mil 211 de cempasúchil, 900 de nube, 625 de clavel y 261 de terciopelo.

Estas cinco flores registraron un valor de tres mil 005 millones de pesos el año pasado y, en conjunto, representaron el 30.3 por ciento del valor de los 59 tipos de ornamentos cultivados en el país.

Agricultura comentó que, si bien a lo largo del territorio nacional se emplean distintas flores como azalea, pensamiento, caléndula, alcatraz, agapando, rosas rojas, violeta, margarita, narciso, lirios, gladiolas, peonia y alhelí, entre otras, las más representativas culturalmente son las cinco mencionadas.

Resaltó que los floricultores nacionales inician los primeros cortes a finales de septiembre y, de manera regular, en octubre, para ofertarse en presentación de maceta, gruesas, toneladas, manojos o docenas.

Datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) señalan que la flor de crisantemo es la ornamental de mayor volumen de producción en México con 10 millones 887 mil gruesas. El Estado de México aportó 10 millones 122 gruesas, Puebla, 616 mil 145 gruesas y Morelos, 100 mil 840 gruesas.

Los municipios mexiquenses de Villa Guerrero, Tenancingo y Coatepec Harinas destacaron como principales aportadores al abasto de crisantemo, resaltó la dependencia federal.

Expuso que esta ornamental es una de las más empleadas en los cementerios por su amplia gama de colores, las que poseen color morado representan un símbolo de veneración a los muertos. El periodo de mayor disponibilidad se ubica entre septiembre y octubre.

El clavel registró, a su vez, un volumen de cuatro millones 651 mil gruesas. Las principales entidades productores son Estado de México, con cuatro millones 240 mil gruesas y Baja California, con 410 mil gruesas.

Esta flor se emplea como decoración y significa señal de condolencia, sin embargo, esto varía según el color. En conjunto simbolizan lo que permanece, aquello que es puro y eterno, apuntó la dependencia federal.

En tanto, la flor de terciopelo registró un volumen de 450 mil manojos. Destacan entre los estados productores Puebla, con 197 mil 967 manojos; Estado de México, 167 mil 523, y Guerrero, 38 mil 766.

Los municipios de Atlixco, Puebla; Tonatico, Estado de México, y Tixtla de Guerrero, Guerrero, se colocaron como los principales productores de esta flor, cuyo agradable aroma y tamaño sirven para ambientar los altares de muertos, sobre todo los dedicados a los niños fallecidos.

Mientras que la flor de nube contabilizó 714 mil 984 manojos. Los principales productores son Estado de México, con 402 mil 490 manojos; Michoacán, 277 mil 147 manojos, y Guerrero con 17 mil 380 manojos, principalmente, anotó Agricultura.

La Gypsophila muralis, mejor conocida como nube, simboliza la pureza, es una de las especies más utilizadas para variar el colorido de los ramos en los altares de iglesias y cortejos fúnebres todo el año. En Día de Muertos es indispensable para los altares de niños colocados el 1 de noviembre.

En el caso del cempasúchil, al cierre del año agrícola 2022 se espera una producción nacional de 20 mil 245 toneladas.

En 2021 la producción se concentró principalmente en nueve entidades, entre las que destaca en primer lugar Puebla, con una superficie sembrada de mil 557 hectáreas, seguida de Tlaxcala (118), Hidalgo (111), San Luis Potosí (79), Guerrero (69), Oaxaca (43), Morelos (32), Durango (18) y Sonora (dos hectáreas).

Indicó que durante 2021 se sembraron dos mil 027 hectáreas de flor de cempasúchil a nivel nacional, con una producción de 19 mil 442 toneladas, lo que habla de su relevancia económica y social.