La suerte de las corcholatas podría sellarse el domingo.
Podría, vale remarcar, porque lo único seguro en el nuevo partido de Estado es el dedo presidencial y él apuntará al elegid@ en el último cuarto de 2023.
¿A qué nos referimos?
Le precisamos, por si usted no lo sabe: el domingo serán votados -con manipulación, inducción y demás prácticas antidemocráticas- los congresistas de Morena.
Tres centenares de militantes en quienes supuestamente recaerá -en Morena toda democracia es supuesta- el aval del candidato presidencial para suceder a López Obrador.
Lo apasionante en primera instancia es quién ganará más espacios en el Congreso Nacional entre los 150 hombres y 150 mujeres a elegir.
El morbo siguiente será si hay impugnaciones porque, recuerde usted, esta jornada es consecuencia de una impugnación en 2019 ganada por varios militantes, entre ellos Alejandro Rojas Díaz Durán.
En aquella ocasión el Tribunal Electoral de Felipe Fuentes Barrera anuló 270 asambleas distritales patito y la primera consecuencia fue destituir a Bertha Luján y aupar como dirigente a Alfonso Ramírez Cuéllar.
IMPUGNACIÓN SIN ELECCIÓN
Ya hay varios heridos.
Son los marginados o rasurados, por incómodos a la dirigencia nacional de Mario Delgado, para no aparecer como candidatos a congresistas nacionales.
Uno de ellos es precisamente Alejandro Rojas Díaz Durán, quien tuiteó:
“Centenares de líderes hemos impugnado el proceso de elección de los #CongresistasNacionales de #Morena.
“Confiamos en que el @TEPJF_informa nos dé la razón.
“No queremos un #CongresoNacional ‘patito’.
“Exigimos #democracia; sin ella no habrá futuro para @Partido MorenaMx”.
Esa inconformidad se da con una coincidencia: los excluidos son simpatizantes de dos aspirantes presidenciales no afines a Palacio, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard.
Si las sospechas se cumplen, quienes protagonicen el Congreso Nacional de Morena el 17 y 18 de septiembre serán afines a Claudia Sheinbaum y a Adán Augusto López.
Con ellos está alineada la nomenklatura oficial.
OPORTUNIDADES DE EBRARD
1.- Marcelo Ebrard sabrá cómo actuar.
A ojos lejanos de un observador común, el canciller ha perdido la segunda oportunidad de ser candidato a la Presidencia de la República.
Primero en noviembre de 2011, cuando ganó las encuestas perredistas pero no confrontó a López Obrador para abanderar un frente en 2012.
Y en esta ocasión, pues desde Palacio Nacional su carnal lo descalificó en presencia suya al negar lo evidente, el “piso disparejo” rumbo a 2024.
Su falta de reacción o valor le garantiza continuar de secretario de Relaciones Exteriores tal vez todo el sexenio… o coordinador de la campaña de otr@.
Y 2.- Si repasamos algo de historia, compare dos coincidencias:
En 1987 el dirigente priista Jorge de la Vega habló ante el presidente Miguel de la Madrid de caballos de Troya y traidores por exigir impulsar la Corriente Democrática.
En 2022 también se descalifica de traidores a la patria, neoliberales y otros términos a quienes disienten de la retórica presidencial, y a esa lista pronto ingresarán varios morenistas.