No es fruto directo de la democratización.
Pero ayuda al cumplimiento del compromiso arrancado por Estados Unidos a México para airear la vida del añoso sistema sindical mexicano.
El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje ha dado el registro a la primera disidencia en el sindicato de la Secretaría de Salud.
Sí, de donde surgió el longevo presidente de la FSTSE, Joel Ayala Almeida.
Emanado hace más de cuatro décadas del PRI, no han podido con Ayala Almeida los gobiernos priistas y panistas.
Pero éste, el lopezobradorista, sí ha logrado disciplinarlo y él, para no sufrir persecuciones una merma de poder, decidió renunciar en lo personal al PRI y desafiliar a la FSTSE.
No había tenido desdén desde Carlos Salinas, quien le negó el control de esa federación y lo mandó a coordinar en Mexicali la derrota de Margarita Ortega.
Hoy es diferente.
MÉDICOS SIN DEFENSA
Pero Joel Ayala Almeida es tótem.
Tanto como para poner a su sobrino Marco Antonio García Ayala como secretario general del SNTSA.
Es ahí donde surge la noticia.
Jesús Ricardo Cruz Cotero, médico de profesión, ha sido reconocido por las autoridades laborales como líder de un nuevo gremio, el Sindicato Mexicano de Prestadores de Servicio de Salud.
El nuevo dirigente circula por el país con la constancia firmada por el presidente del TFCA, Plácido Humberto Morales Vázquez, y demás magistrados de ese cuerpo colegiado.
-Un liderazgo con muchos retos -le digo.
-Tenemos nuestros problemas -contesta.
-Primer tema: ¿no hay defensa para los médicos mexicanos? ¿Tan mal están para traer yerberos de Cuba?
-Lo tenemos que analizar. Claro que hay suficientes profesionales de todas las especialidades en México. Necesitan representación y estamos para defenderlos, para exigir justicia.
Suena bien, sobre todo cuando en la pandemia ellos salvaron a la patria de una debacle peor a la condena auspiciada por el subsecretario Hugo López-Gatell, para quien nunca ha sido necesario el cubrebocas.
Y para qué hablar de la supresión del Seguro Popular en perjuicio de decenas de millones de mexicanos, del fracaso del Insabi, de la mala administración de las vacunas, de la carencia de medicinas hasta en farmacias comerciales…
INSPECTORES DEL SAT
Nadie lo hubiera imaginado.
Las empresas particulares son inspectoras, verificadoras o como quiera llamarlas usted del Sistema de Administración Tributaria (SAT) de Raquel Buenrostro.
¿Cómo se da esta situación?
Simple: ahora todas las empresas, al margen de su giro, tienen la instrucción de exigir la constancia fiscal del SAT a los causantes solicitantes de factura.
Ponga usted un ejemplo:
Llega a un hotel, constata su reservación, presenta el documento, se identifica, da su tarjeta de crédito y espera el registro a la manera tradicional.
-¿Y su constancia fiscal? -pregunta el administrador, digamos, de un hotel del Grupo Posadas.
A solicitarla de inmediato y a presentarla en celular, más pago de cinco pesos por la impresión del documento para constancia de la administración hotelera.
Esto se vuelve más conflictivo cuando el SAT de Buenrostro atendió la protesta general y pospuso tal registro hasta fin de año.
Pero sus inspectores privados no han sido notificados.