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La compañía farmacéutica Pfizer reconoció este viernes que su vacuna de doble dosis no estaba resultando efectiva en los estudios realizados para niños con edades entre dos y cinco años y que probará ahora añadir una tercera dosis para aumentar esa efectividad.

Esa tercera dosis de al menos tres microgramos se inoculará dos meses después de la segunda vacuna “para proporcionar altos niveles de protección en este grupo infantil”, señala un comunicado de la compañía.

Si el estudio muestra una mayor efectividad con esa tercera dosis, someterá la fórmula a las agencias reguladoras en la primera mitad de 2022 para que aprueben una “autorización de uso de urgencia”.

Los estudios realizados con niños mostraron, sin embargo, que esa doble dosis resultaba conveniente tanto para los bebés de seis a 24 meses.

Además, la compañía dice que evaluará si recomienda una tercera dosis de 10 microgramos para los niños de entre cinco y 12 años de edad.

VACUNAR A NIÑOS NO CAUSA DAÑOS IRREPARABLES

Especialistas recientemente advirtieron que es falso que las vacunas antiCOVID provoquen daños cardíacos irreparables en los niños, como aseguran publicaciones en redes sociales basadas en testimonios de supuestos expertos que tergiversan informes científicos o datos oficiales para difundir alarmas infundadas contra la vacunación infantil.

Circulan desde hace días en América Latina y España, tanto en Facebook como en Twitter, distintas publicaciones que piden no vacunar a los niños contra la COVID-19 para evitarles padecer enfermedades cardíacas irreversibles. Entre estos mensajes destacan los que citan como fuentes al investigador estadounidense Robert Malone.

El propio Malone, que se presenta como “inventor de las vacunas de ARN mensajero”, ha grabado un vídeo en el que niega que vacunar a los niños suponga beneficio alguno para ellos o sus familias y asegura que, por el contrario, pueden provocarles “daños irreparables”.

Según su argumentación, la vacuna introduce “un gen viral” en el cuerpo del niño para crear proteínas espícula (“spike” o “S”) a su juicio “tóxicas”, que “normalmente causan daños permanentes” en el corazón y los vasos sanguíneos. En otra grabación, sostiene que la posibilidad de que los menores sufran daños cardíacos “es seis veces superior con la vacuna que con el virus”.

Consultado por EFE, el doctor Ángel Hernández Merino, asesor del Comité de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), explica que las afirmaciones de Malone carecen de toda base médica o científica e incluso falsean las conclusiones de un estudio estadounidense del pasado julio que sostienen lo contrario de lo que él afirma.

Ese informe -aún en fase de prepublicación- concluía precisamente que el riesgo de sufrir miocarditis era seis veces superior entre los niños infectados por el SARS-CoV-2 que entre quienes habían recibido la vacuna.

FUENTE: WWW.MSN.COM, LINEA POLITICA, 18/12/2021.