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Muchas cosas han quedado truncas.

Santiago Nieto andaba tras muchas pistas.

Dos de ellas, acaso las dos principales, eran las de Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto.

En ese orden: primero el exsecretario de Hacienda y Crédito Público y exsecretario de Relaciones Exteriores (SRE).

El exjefe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) iba muy avanzado sobre muchos asuntos y tenía en la mira a los dos principales personajes del sexenio anterior.

Por algo declaró al periódico El País: tarde o temprano las investigaciones conducirán hacia el expresidente o quien era su operador político y financiero.

El cambio se dio -Pablo Gómez llegó a relevar a quien traía todo al aparato de estrategia institucional- y ahora no se sabe qué sucederá con varios de los asuntos pendientes.

Es la política mexicana: llegar a inventar, construir, ignorar lo hecho por los funcionarios anteriores y presentar lo propio como novedad.

Incluidas las relaciones con otras instituciones, en este caso la Fiscalía General de la República (FGR) de Alejandro Gertz Manero.

LOS ACUSADOS DE LOZOYA

¿De qué se trata en este caso?

Simple:

La UIF y Santiago Nieto andaban tras muchas pistas.

Del pasado y del presente.

A partir de las investigaciones de las denuncias presentadas por Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), tiene muchos nombres.

Hay políticos, exfuncionarios de Pemex, externos de la empresa, dirigentes sindicales y un sinfín de funcionarios de distinto nivel.

Nieto fue el primer funcionario en investigar los cochupos originados en el sexenio pasado sobre abusos y corrupciones.

Fue él, precisamente, quien denunció los financiamientos sospechosos para la campaña de Enrique Peña y eso le costó la separación del cargo de fiscal en asuntos electorales.

Bueno, pues ahora Santiago Nieto está a punto de resurgir tras el mal paso dado por una boda de donde surgieron muchos escándalos y ninguno de ellos a su cargo.

Pero de todas formas ha asimilado las consecuencias y éstas pesarán algún tiempo.

MORENA PREPARA AJUSTES

1.- Como no han salido bien las cosas, la cúpula de Morena prepara ajustes.

Uno de ellos es ampliar de 4 a 6 los aspirantes en cada estado, lo cual abre posibilidades a quienes han sido desplazados en la primera criba.

¿Qué significa esto?

Simple.

Si en Hidalgo hay cuatro aspirantes y se dejaron fuera a dos cuadros importantes como Julio Menchaca y Cuauhtémoc Ochoa, simplemente se les agrega y ya.

Es decir, los dos tendrán tantas oportunidades como los incluidos originalmente, aunque eso no significa riesgos de divisiones internas.

Al interior de Morena todo se aclara con una simple explicación: no todo se origina con una decisión superior, pues la Comisión de Elecciones tiene la última palabra.

Y 2.- En el PAN no todo marcha al gusto de Marko Cortés.

Hay una denuncia contra el mecanismo de su reelección y Gerardo Priego apuesta a la aceptación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Según Priego, su denuncia exhibe “las abusivas incongruencias del órgano interno del PAN”.