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NÚMERO CERO/ EXCELSIOR

• Uno de los cientos de rostros del enojo y frustración con las instituciones se puede observar en Oaxaca.

La rebelión de las mujeres hará de la movilización, 8-M contra la violencia de género, una fecha histórica, y del paro feminista del 9-M, un hecho sin precedentes, que no dejará nada igual en las estructuras de poder en el país. La amplísima visibilización de la emergencia feminicida desnuda las contradicciones entre instituciones responsables de asegurar derechos básicos y el básico reclamo de vivir en condiciones justas y con justicia. El “Día Después”, por ello, lo importante es saber si los cambios vendrán de las instituciones o desde la calle, las cuales tienen tomadas sin pedir permiso.

La respuesta del gobierno de López Obrador será decisiva para despejar la interrogante y conocer el lugar que ocupará el Estado ante el reclamo en las calles.

En los últimos días hemos visto en el país lo que nunca de un paisaje común de inercias, omisiones, complicidades e ineficiencias institucionales. El apoyo de todo tipo de mujeres, empresas y dependencias federales y estatales ponen nombre y rostro al grito del “ya basta, ni una más” de la calle y que hasta hace poco era difícil de imaginar frente a la normalización de la violencia. La mirada de todo el país puesta en un levantamiento público de las mujeres contra la impunidad, que acaba por llevar a las víctimas a querer quemarlo todo a su paso.

Uno de los cientos de rostros del enojo y frustración con las instituciones se puede observar en Oaxaca. El ataque a una mujer con ácido como símbolo de los crímenes de odio, lo cual pone nombre a las causas de la indignación. El infierno de María Elena Ríos es uno de los referentes de lo que ninguna mujer podría volver a vivir por la marca de un ataque de su pareja, el exdiputado del PRI Juan Vera Carrizales, y la obstrucción activa de la Justicia. Tras denunciarlo tuvo que esperar tres meses para que se girara orden de aprensión y otros cinco para que la fiscalía lo persiguiera con un espectacular, ofreciendo recompensa para su captura. Las inconsistencias del caso no hacen extraño que en Oaxaca se diga que Vera Carrizal es socio del grupo en el poder y protegido por exgobernadores.

La movilización en la capital oaxaqueña partirá de la entrada del Panteón General entre ofrendas de veladoras, cruces y fotografías de las 404 mujeres asesinadas tan solo durante el actual gobierno de Murat. Desde agosto de 2018, en que se declaró la alerta de género en la entidad, han ocurrido 187 feminicidios que, al igual que con las 10 mujeres que diario son asesinadas en el país, permanecen sin resolver por omisiones, negligencia e ineficiencia de la autoridad.

La conversación sobre la violencia contra las mujeres se extiende a todos los espacios públicos y privados, desde la calle, para apuntar a las instituciones. La protesta que hoy interpela al gobierno del 4T provienen de las votantes que en las pasadas elecciones expresaron un voto de castigo al mundo de la política y abrieron paso al triunfo de López Obrador, aunque sin darle un cheque en blanco. Muchas de las organizaciones feministas que convocan al paro estuvieron con la 4T en 2018, pero ahora sienten que “falta que el gobierno este con nosotras”.

La respuesta de López Obrador es clave para el futuro de este movimiento, luego de tomar posiciones distantes, de indiferencia, cuando no de descalificación, al acusar manipulación política de sus adversarios a través de esta causa. La atonía gubernamental en el tema ha dejado desencanto entre una mayoría de mujeres que apoyan la movilización y el paro feminista de #Undíasinmujeres, con el respaldo de cerca del 50% por ciento de ellas, según datos de encuestas como Mitofsky. El movimiento se ha hecho escuchar desde las calles, las cuales no abandonarán hasta hacerse escuchar por las estructuras de poder. El éxito del Día Después es la apertura de un dialogo nacional sobre las múltiples violencias que recorren a familias, trabajos y a las instituciones. Es una conversación en la que no se puede preguntar dónde quedó la respuesta del Presidente ni lugares vacíos del resto de las autoridades del Estado.