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Estira y afloja

La orden presidencial es preocupante: subsidiar los precios de las gasolinas, el gas y otros combustóleos, incluso de consumidores de Estados Unidos que cruzan la frontera, ante los constantes incrementos a escala internacional del precio del petróleo. Los subsidios los pagamos todos, y se ven peores tiempos para Pemex y CFE, que año con año demandan miles de millones de pesos del presupuesto federal para sobrevivir.

El viceprimer ministro de Rusia, Alexander Novak, estimó que el petróleo puede llegar a 300 dólares el barril; ayer el Brent alcanzó 129.19 dólares, lo que impactará los precios de muchas materias primas, además de que la invasión rusa a Ucrania agravará el problema de los fletes marítimos que costarán más. “No es fácil. Tenemos que adivinar cuándo se romperá la burbuja de precios que puede provocar una caída precipitada y causar pérdidas. Tenemos que cuidar los costos de los inventarios”, aseguró Jorge Molina, director general de HJB, una comercializadora mexicana que vende materia prima de químicos para el mercado de cuidado personal y del hogar.

Comentó que entre 65 y 70 por ciento de las materias primas que se consumen en México para este sector viene de EU, y que en Texas se produce 80 por ciento de derivados del petróleo y del etano y gases relacionados para bienes de limpieza. “La helada en Texas causó más de 10 meses de problemas en disponibilidad de materias primas, elevación de precios a más de ciento por ciento, ruptura de cadenas de suministro con aumentos en costos de mil por ciento en contenedores y disponibilidad de más de 100 días”.

HJB superó los retos y ahora se prepara contra los efectos de la invasión y las decisiones de no comprar petróleo y derivados rusos. “Ya vemos aumentos de precios; tenemos inventarios por más de 100 millones de pesos y tenemos que garantizar la cadena de suministro en México con materia prima de sulfatantes, alcohol láurico y óxido de etileno que utilizan empresas como P&G, productos de marca libre de Soriana y Casa Ley, Colgate, Henkel, Clorox y Grupo Aguaviento, que “es uno de nuestros principales clientes en volumen y monto”.

Jorge Molina es acapulqueño, vive en Texas y su pyme tiene sede en Atizapán de Zaragoza, Edomex. Su exitoso objetivo es muy claro: apostar por el mercado mexicano y duplicar en cinco años su actual posición, además de la mayor penetración en EU. “El mercado mexicano es muy grande, ya que en cuidados del hogar representa más de 90 mil millones de pesos en productos finales dentro de canales formales, y el de cuidado personal vale más de 120 mil millones. Tenemos mucho por crecer, y como mexicano estamos demostrando que somos serios, que cumplimos compromisos financieros, que tenemos productos de calidad y competitivos, que arriesgamos y que sabemos enfrentar retos”.

J. Jesús Rangel M.

jesus.rangel@milenio.com