La coordinadora de la diputación perredista, Verónica Juárez Piña, afirmó que labor diplomática del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, para frenar la imposición de aranceles, “no fue una negociación, sino una rendición incondicional” ante Estados Unidos.
En comunicado, consideró como vergonzoso que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador haya aceptado todas y cada una de las exigencias planteadas por el presidente Donald Trump en el tema migratorio.
“Lo aceptado por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, en representación del Estado mexicano, es contrario a la política migratoria que históricamente México ha defendido”, sostuvo.
“Al aceptar estas condiciones, México retrocede respecto a la visión de seguridad humana y nos alineamos con la agenda electoral de Donald Trump, que en la búsqueda de su reelección presidencial recurre de nueva cuenta la xenofobia contra las y los migrantes, particularmente con los connacionales que radican en Estados Unidos”, abundó
La legisladora por Jalisco consideró inadmisible que en la declaración conjunta, el gobierno mexicano haya aceptado desplegar la Guardia Nacional en todo el territorio nacional, dando prioridad a la frontera sur a fin de reducir la migración irregular.
“Con esto, prácticamente, el gobierno de López Obrador aceptó convertirse en policía migratoria de Estados Unidos en el territorio nacional. Es una violación a la soberanía nacional, pero además va en contra de todos los tratados internacionales en materia migratoria. La Guardia Nacional será una extensión de la Bordel Patrol en México”, apuntó.
“La Guardia Nacional ya no será utilizada para combatir el crimen organizado, la violencia y la inseguridad; así como para proteger a las y los mexicanos como se aprobó en el Congreso de la Unión, sino para cuidar los intereses de Estados Unidos y atender las exigencias de Donald Trump”, lamentó.
Asimismo, consideró como lamentable que en los hechos López Obrador haya cedido convertir a México en un tercer país seguro para los migrantes como lo exigía el presidente estadounidense.
“Eso significa que Estados Unidos podrá retornar, sin demora, a México a aquellos que crucen la frontera para solicitar asilo mientras esperan la resolución de su solicitud y que nuestro país ofrezca oportunidades laborales y acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias mientras permanezcan en territorio nacional”, explicó.
Juárez Piña comentó que “históricamente, México ha enarbolado una política exterior respetuosa de la soberanía nacional y de los derechos humanos de las y los migrantes, pero haber aceptado todas y cada una de las exigencias de Trump, es una vergonzosa claudicación al principio de autodeterminación de nuestro pueblo”.
“Lo más preocupante es la alineación con la visión retrógrada, xenófoba y violatoria de los derechos humanos de las y los migrantes que el presidente norteamericano lleva a cabo en su país”, concluyó.