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ESTIRA Y AFLOJA

Es cierto: El T-MEC y su adenda, una vez ratificados por los congresos de Estados Unidos, Canadá y México, deberá impulsar la inversión extranjera, dar mayor certidumbre, fortalecer el estado de derecho e impulsar las exportaciones y demás. Pero no será nada fácil cumplirlo, y el renglón laboral sí es un obstáculo difícil de superar.

Por eso el presidente Richard Trumka de la poderosa federación laboral AFL-CIO de EU, le dijo a los afiliados que “aseguramos un acuerdo comercial que los trabajadores pueden apoyar con orgullo… Por primera vez, realmente habrá normas laborales exigibles, incluido un proceso que permita las inspecciones de fábricas y instalaciones que no cumplen con sus obligaciones”. Y eso se podrá hacer en EU, Canadá y México.

Carlos Salazar, presidente del CCE, puntualizó que no habrá inspectores laborales de EU en México, pero que sí se podrán utilizar paneles de cumplimiento en la materia para dirimir diferencias en la elección de un sindicato o la ratificación del contrato de ese sindicato o la elección del líder sindical.

No será tan simple, porque el demócrata presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Richard E. Neal, explicó que el nuevo acuerdo asegura al gobierno de EU supervisar que México cumpla con las obligaciones laborales. Para lograrlo se creará un comité interinstitucional que estará al pendiente de la implementación de la reforma laboral en México; se entregará información continua al Congreso de EU, y se establecerán agregados laborales en la embajada de EU en CdMx para que proporcionen análisis directos sobre el tema.

A propuesta de los demócratas, el acuerdo incluye posibles sanciones si no se cumple con la libertad sindical y las obligaciones de negociación colectiva en todas las empresas que integran la cadena productiva de bienes manufacturados y comercializados entre EU y México, y se creó la “presunción” de que una violación laboral afecta el comercio y la inversión, lo que obliga al otro gobierno a “demostrar lo contrario”.

Nunca se había visto esta situación en las relaciones comerciales bilaterales. Puede haber trabajo sucio de los “agregados laborales” en la resolución de cualquier conflicto sindical. Por cierto, también habrá “agregados del medio ambiente” que vigilarán desechos industriales o aguas residuales, entre otros. La implementación del T-MEC no será nada fácil.

jesus.rangel@milenio.com