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ESTIRA Y AFLOJA

El precio del dólar llegó a cotizarse ayer en 19.32 pesos, y el indicador principal de la Bolsa Mexicana de Valores bajó hasta 1.81 por ciento. Todo esto entre las 9:40 horas y las 10 de la mañana. El principal factor del ajuste fue el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la refinería de Dos Bocas.

Son varias razones las que existen: que es el segundo proyecto de importancia que se decide construir por asignación (el otro es el aeropuerto de Santa Lucía a manos de la Defensa Nacional); la decisión de construir Dos Bocas tal y como se propone a sabiendas de que no se cumplirán tiempos y costos, y nuevas descalificaciones al sector empresarial.

Al cierre de los mercados financieros, el tipo de cambio y el índice de la BMV se recuperaron, pero mantuvieron la tendencia negativa: el peso se depreció 0.73 por ciento y la bolsa perdió 0.5 por ciento. Es el décimo tercer día con caída en la bolsa, como no se había visto desde hace mucho.

Hay otros elementos para la aversión de los inversionistas como la guerra comercial entre EU y China, las dos mayores economías; las tensiones en Irán y Corea y el menor crecimiento económico mundial. Del lado interno, están el decrecimiento del PIB en el primer trimestre, los aranceles al jitomate, la incertidumbre sobre proyectos gubernamentales, y menor gasto público al esperado, entre otros.

José Oriol Bosch, director general de la BMV, me dice que no es común que se junten todos estos factores negativos. “Los proyectos que están en proceso seguirán, pero se están frenando las inversiones y una muestra es que la emisión de certificados bursátiles a mediano y largo plazos, que son los que generan empleo y crecimiento, presentan una caída de 70 por ciento. Es muy fuerte. Hay proyectos que se cancelaron o están en stand by”.

Especialistas petroleros me comentaron que Pemex solo podrá construir Dos Bocas mediante una refinería modular (hay empresas especializadas que fabrican módulos) pero con una producción máxima de 100 mil barriles y no de 340 mil. Habría que calcular, además, cuánto costará la construcción de ductos para distribuir las gasolinas.

Un elemento agravante: las calificadoras de riesgo esperaban el 30 de abril el Plan de Negocios de Pemex, y nada.

El temor de disminuir la calificación a la petrolera y al país crece minuto a minuto, con todo lo que significa. Aguas, no pinta bien.

jesus.rangel@milenio.com