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–A la sobrina también se le arrima –, le dijo Andrés Manuel López Obrador a Graco Ramírez Garrido cuando éste le presentó a su sobrina Irma Erika Garrido Ortigosa, entonces de 17 años de edad.

Andrés Manuel –recuerda Irma Erika– era el dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática.

Sí, tiempos cuando comenzaba a amasar poder con la mirada puesta en la Presidencia de la República. Pero esa es historia política. Porque…

Andrés Manuel tejía su, historia oscura, de la doble personalidad que ha serpenteado como chisme o trascendido antes y durante su gestión en la Presidencia de México y nadie se atreve ni se ha atrevido a ponerle nombre y apellidos en la llamada prensa nacional o en espacios de los dizque líderes de opinión.

–¿Por qué te llevó Graco con Andrés? –preguntó tiempo después Jesús Ortega a Irma.

–No sé, tío—respondió Irma y refiere que, entonces, a todos les decía tíos.

–No dejes que te vuelva a llevar Graco con Andrés—le recomendó Jesús. Irma ya tenía 19 años y, comenta, para entonces, era obvio que entre ellos ya se sabía algo. Y lo entendió.

¿Dónde recibía a las mujeres que le acercaban o se acercaban para intercambiar sexo por un cargo?

Irma lo refiere abiertamente. Fueron hoteles en el sur y el centro de la Ciudad, el Real del Sur o el Crown Plaza, entonces, por ejemplo, en los que Andrés Manuel vivía porque había dejado la casa que compartía con su esposa Rocío Beltrán, aquejada por una enfermedad terminal.

Y de esta historia, la de las amantes del Andrés Manuel López Obrador de la encabronada misoginia que burdamente trató de ocultar cuando ocupó Palacio Nacional y desmadró al país, sólo se ha sabido en espacios de la prensa emergente, en Podcast, como el de mi amiga y colega Elena Chávez en su portal DETONA Insurgente.

Usted lo debe saber. Su Alteza Serenísima como hoy la Princesa Caramelo presumen a los cuatro vientos que no practican la censura y respetan a la libertad de expresión. No, no se trata de ser catones abiertos que cierran periódicos o cancelan concesiones; no, aplican el bisturí quirúrgico de la censura. Chingaquedito, que no se note pero que se sienta.

Por eso no ha trascendido más allá de unos cuantos, aunque importantes espacios en las redes, en el Facebook, la historia que le consta a Irma Erika Garrido Ortigosa porque ella la vivió.

En una ocasión, refiere, César, un hijo de Jorge Hank Rhon le dijo que Andrés estuvo enamorado de ella y que pudo haber sido la primera dama.

“No se le quitó la obsesión, no es cierto lo que me dijo César (Yáñez) no dejó de estar obsesionado y su venganza la convirtió en una serie de agresiones en mi vida, de situaciones muy complejas, me intentaron matar dos veces, agredieron a mi hija, me amenazaron, amenazan a mis amigos, amenazan a la gente que me ayuda aquí en Baja California, ha sido muy difícil, pero voy ganado, gracias a Dios y a todo lo que se ha ido descubriendo de sus sacrificios, de las cosas terribles que hace, de que es un corrupto, de que siempre es un mentiroso, ahora la gente ya me cree”, enfatiza.

A Andrés Manuel López Obrador le aceptaron todo, todo, millones de fanáticos, entre ellos por supuesto filibusteros que hicieron fortuna con la complicidad silente que les posibilitó jugosos negocios, hoy evidenciados con estos proletarios de la 4T segundo piso ascensor que casualmente no van a Estados Unidos de vacaciones y optan por Europa y hasta el Oriente.

¡Bah!

El licenciado presidente mintió y, a quienes lo criticaban y denunciaban con pruebas fehacientes de capitanear a la galopante corrupción, simplemente los persiguió y estigmatizó.

Bueno, me encontré con el Podcast de Miguel Quintana “El Troll”/ CEO en RID Tv México. Y con Arturo Fierro Minjaraz, sin duda profesionales de la comunicación, colegas que suelen ser estigmatizados o ninguneados por los sedicentes dueños de la verdad.

Ambos entrevistaron a Irma Erika Garrido y platica con nombres y apellidos situaciones que vivió, sobre todo, cómo Andrés Manuel López Obrador se enamoró de ella y ella lo despreció.

Cuenta de reuniones “medio extrañas” que se hacían en casa de una importante exgobernadora y cómo Martí Batres y Carlos Sotelo, también René Bejarano, la promovieron para una diputación, pero luego le dieron que se le había complicado.

¿Por qué?

Raymundo Collins le dijo que Andrés Manuel estaba muy enojado porque lo despreciaba, pero andaba con una vedette que era mejor que ella.

Sí, comenta Irma, “Andrés Manuel es ruin y asqueroso con las mujeres; nunca me lo perdonó y buscaba como presionarme, me acosaba, le dije que no; él sabía que era hija de un personaje que él admiró siempre. Y me fui Tijuana por las amenazas”

Recuerda que su tío Graco Ramírez “me presionaba junto con mi hermano Hugo, y Beatriz Gutiérrez Müller estaba muy nerviosa por mi cercanía con Andrés Manuel”, ella, Irma, era funcionaria en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, en la administración de Andrés Manuel.

“Que aflojara por el bien de la familia, me decían; un acostón, dos tres, ¿no?, nada me costaba y ahorita mi historia sería otra, Pero yo ya le conocía sus historias”.

¿Qué historias?

Irma recuerda que Octavio Romero Oropeza y Agustín Ortiz Pinchetti le dijeron:

“(…) tenías razón, veníamos bajando las escaleras del velorio de Rocío (Beltrán) y dijo que por fin se había quitado de ese problema”.

Y qué de las amantes de Andrés Manuel y qué de ella. Irma cita:

“Yo decía: No me voy a acostar con un hombre que tiene todo este historial ruin y asqueroso con todas estas mujeres y a las que yo he visto deprimidas al grado del suicidio por las cosas que les hacía. ¡No!

“(…) No es porque yo fuera ni la más bonita ni la más chingona ni la más buenota, es porque le dije que no y por ser la hija de un personaje que él admiró siempre, pero que al mismo tiempo nunca le perdonó el que no le hubiera apoyado en sus tropelías horrorosas como seudo político, o como violentador político, más bien, de todo lo que hizo en Tabasco y que es muy conocido”.

Irma es un expediente abierto, un archivo de todas las tropelías del misógino Andrés Manuel López Obrador. Que se enamoró de Edith González, pero como ella prefirió a Santiago Creel Miranda, en venganza le destruyó la candidatura al gobierno de la capital del país.

“Yo estoy viva porque en verdad Dios es grande. No puedo entender cómo este hombre (Andrés Manuel) puede ser tan perverso y tan malvado, ahora sí lo entiendo, entiendo que su locura es enorme, que su sicopatía y su narcisismo es tan grande que jamás perdonó que yo le dijera que no y lo dejara plantado y que, además, me atreviera a contarlo aquí en Baja California”, puntualiza Irma Erika.

He ahí al puro Andrés Manuel. Y, como dijo el clásico: ¡Aún hay más! ¡Recáspita, Drakko! Digo.