Sí, me cae, ni están erizos los integrantes del Bronx de Morena, gente chula de bonita y de hablar florido, francés antiguo y español barroco. ¿Me entendistes?
No están solos, ni maíz paloma, tienen el manto protector ni más ni menos, señora y señores, del principal oligarca de México para hacer lo que les venga en gana.
Sí, sí, carta blanca desde Palacio para amenazar, mentar madres, insultar, descalificar, victimizarse, tender celadas y todos los etcéteras inherentes al cargo que, responsables del trabajo sucio, de letrina de Morena, les encomiendan.
¡Ah!, pero con el sello de la impunidad y la insultante protección de la fuerza pública que les presta seguridad y transporte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital chilanga, para sacarlos sanos y salvos de esos ciudadanos que cometían el delito de exigirles respeto hacia la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Por supuesto con el aval de la licenciada y doctora Claudia Sheinbaum Pardo, que simplemente lo negará porque, ¿cómo?, ellos y ella, a hueso, son diferentes y nada de andar pagando a grupos mercenarios para reventar reuniones de la oposición o generar violencia cuya autoría endilgan, ¡faltaba más!, a los mismos canijos opositores.
¡Ajá!, pinches neoliberales y periodistas vendidos, conservadores, reporteros de inmundos pasquines al servicio de la oligarquía golpista que, ¡caray!, se quejan por unas pataditas y empujones y mentadas de madre.
Esos, esos, aunque se resista a creerlo Su Alteza Serenísima, están solos.
Y solos frente al que se ha erigido juez y parte. El Torquemada que dicta sentencia contra quienes no simpatizan con él.
Sí, como estos peligrosísimos ciudadanos que, vestidos de rosa mexicano y blanco, han tomado la calle y el Zócalo armados de la exigencia de respeto a las instituciones.
Sí, éstos que convocan a la defensa del Instituto Nacional Electoral, del voto que es sagrado aunque sacrílegos lo venden y prostituyen, moneda de cambio en las negociaciones que levantan el brazo triunfador a él o la impresentable candidata.
Porque, ¿a poco cree usted que la filósofa Layda Sansores Sanromán ganó limpiamente la elección al gobierno de Campeche?
Bueno, para no ir más lejos ahí tiene usted a los dirigentes del llamado PVEM y del Partido del Trabajo, demócratas y honestos próceres de la patria que apenas ayer, martes, sacrificaron a sus candidatos al gobierno de Coahuila, Evaristo Lenin Pérez Rivera y Ricardo Mejía Berdeja, para sumarse a la causa del abanderado de Morena, el ingeniero civil y senador con licencia Armando Guadiana Tijerina.
¿Quién fue el genio de fenomenal operación política carente de rubor?
¡Adivinó!
Sí, Mario Delgado Carrillo, gerente del corporativo Morena, Inc., ex senador bajo la siglas de Convergencia por la Democracia que devino en Movimiento Ciudadano y quien presume que el Movimiento Regeneración Nacional está en su mejor momento, de rechupete, imparable, pero…
¿Será por eso que anda en labor de zapa entre políticos dolidos con el PRI, el PAN, el PRD, o de plano encabronados con Alfredo del Mazo porque no les hizo justicia, para sumarlos a la causa de la profesora Delfina Gómez Álvarez y que, ahora sí, gane la elección del próximo domingo 4 de junio al gobierno del Estado de México?
Son los mismos de siempre, las mismas lealtades y hermandades, pactos de sangre que se diluyen frente al canto de las sirenas que suelen ser mendrugos de poder. Pero…
¿A quién obedecen estos negociadores de sociedades que pervierten al voto? ¿De quién atiende instrucciones el alto funcionario, el único miembro del círculo dorado que tiene voz y voto para descalificar al Poder Judicial de la Federación y, en especial, a la ministra presidenta Piña Hernández?
Porque esto, y usted y yo sabemos que lo ordena sin ordenarlo verbalmente, en público, el licenciado presidente, y los prohombres y mujeres del gabinete han aprendido a interpretar lo que quiso decir su jefe máximo.
Porque el licenciado presidente miente y acusa porque así se le pega la gana, porque ya es parte de su yo externo, como decir que, el domingo último, “(ayer), a pesar que Ciro Gómez Leyva y todos los medios convocan a las manifestaciones, pues de acuerdo al informe que tengo, tres mil personas, muy erizo. Tienen que echarle más ganas”.
Pero ni Ciro ni los medios convocaron.
No, simplemente levantaron la información que llevaba implícita la convocatoria de la presidenta de Chalecos México, A.C, Alejandra Morán.
Además, si fue muy erizo el contingente, ¡por qué demonios, Batman!, el enojo del oligarca de Palacio.
“Pero, la verdad, la verdad, no tienen causa, no hay bandera, está complicado defender a la Corte, decir: ‘La Corte no se toca’, defender a jueces, a magistrados, a ministros, que violan la Constitución”, descalifica el licenciado y resta importancia. ¿Y?
¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
¡Ah!, pero no faltan los mercenarios que siembran preguntas con marco histórico, referencias, bibliografía, contexto y etcétera y etcétera como este personaje que sembró la pregunta al licenciado presidente para victimizar al grupúsculo a sueldo que, desde hace más de un mes, está en plantón frente al edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en dizque demanda de que renuncie la ministra Piña Hernández.
“Yo sé que el día de ayer (lunes 29) la respuesta fue más enfocada a los grupos opositores, ‘échenle más ganas’, pero yo le preguntaría: ¿en este momento entonces cuál sería la respuesta a los activistas que en estos momentos pues se sienten destrozados?”, expuso el oficioso dizque periodista.
En serio, no se ría.
Lo cierto, es que ya pueden estar tranquilos en el plantón porque el licenciado Andrés Manuel I les envió el mensaje desde el alto púlpito republicano, mensaje que bordó el manto de la impunidad bajo el cual han procedido estos “manifestantes” junto con el demócrata y culto gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García y et al. A saber.
“Y decirles que ánimo, que no están solos, hay mucha gente que quiere que se reforme el Poder Judicial, que ellos no caigan en provocaciones y que mantengan su resistencia pacífica.
“Que se manifiesten sin violencia, y diría sin violencia verbal, y se puede hacer, no sólo no caer en violencia física, sino en violencia verbal.
“Por ejemplo, no quemar figuras de ningún ministro, nada de eso, pero sí, por ejemplo, si tenían las cruces de niñas, niños del ABC y estaban autorizados para eso los familiares, eso sí, eso sí. Y pues a todos, que se serenen”.
En síntesis, Cuitláhuac, mercenarios acampados frente a la Corte: tranquilos, tranquilos, su paga está segura y no están solos. No.
Y es que, señoras y señores, en la 4T no hay rubor en la imitación. Nooo. Y menos cuando se trata de descalificar y maltratar al opositor.
Como lo hizo el general Luis Rodríguez Bucio, subsecretario de Seguridad Pública y ex jefe de la Guardia Nacional que en la mañanera aprovechó el turno para incluir a la ministra presidenta Piña Hernández entre “los jueces que favorecen a delincuentes”.
¡Sopas!
El deporte de moda: pegarle impunemente a la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, aunque luego lloriquean cuando la togada responde. Pero, no le saquen, no se rajen ni chillen. ¡Total! Esto es personal y no están solos ni erizos. Digo.
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