Estira y afloja
Tiene razón Marcelo Ebrard, secretario de Economía, de que no hay garantía de que después de pasado un mes no se apliquen los aranceles a las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos. Como señaló Banamex, es “muy buena noticia” el acuerdo que logró la presidenta Claudia Sheinbaum con Donald Trump, pero no hay que aflojar nada.
La presencia de decenas de empresarios y líderes de organizaciones en la reunión presidencial de ayer fue clave para la unidad nacional, porque no se debe olvidar que, por ejemplo, en el caso de inversiones en EU, más de 54 mil millones de dólares son de organizaciones mexicanas como Grupo Bimbo, SuKarne, Minsa, DeAcero, Lala, Vitro, Banorte, Moderna, Grupo Elektra, Zucarmex, Coppel, Gruma, Rassini, Cemex, Sigma, Telmex, Grupo Salinas y Grupo México, por citar algunas.
El premio Nobel de Economía Paul Krugman comentó hace poco que Trump “solo quiere imponer aranceles y afirmar su dominio”, y que el sector privado sabrá que siempre puede imponer los aranceles cuando quiera. “La credibilidad de este acuerdo comercial, o de cualquier convenio futuro, se perderá. Por tanto, la manufactura norteamericana se desintegrará, volviendo a industrias nacionales ineficientes y fragmentadas”.
Es importante el señalamiento de Banamex al destacar que “es probable que, en el corto plazo, la asimetría de poder condene a México a perder parte de la valiosa certidumbre que proporcionaba a la inversión nacional y extranjera la asociación comercial con EU y a enfrentar el daño que las organizaciones criminales y la concentración de poder han hecho a las instituciones del país. Si esto se traduce en un llamado de atención, un recordatorio de la importancia de crear instituciones sólidamente ancladas en la ley y garantes de derechos y seguridad, tendientes al crecimiento y al desarrollo social, si ésa es la lección, México habrá crecido a partir de este episodio”.
Creo que este crecimiento tendrá una gran fortaleza no sectaria ni ideológica. Claro, como apuntó Banamex, “en el corto plazo, esto, y la potencial próxima denominación de algunos cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte de Estados Unidos, incrementarán la tensión entre los gobiernos y ahondarán la incertidumbre para el clima de negocios en el país. El adecuado cambio en la política de seguridad en curso en el país ayudará a enfrentar este desafío”.
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