“Dejar atrás lo que era gris para descubrir lo que es verdad…” Marco Antonio Muñiz
No es secreto. Hay políticos y políticas a quienes puede usted sorprender con el botín en las manos y negarán ser bandidos o bandidas.
Y no vale la muletilla presidencial del “con todo respeto”, no, son bandidos o bandidas, pero no pendejos ni pendejas. Así de claro, aunque se persignen las buenas conciencias.
Conservadores o no, de izquierda o derecha, fifís o chairos, políticos y políticas, a todos y todas, el poder transforma y torna cínicos y cínicas.
¡Por supuesto!, siempre negarán todo y se asumirán prístinos y prístinas, honestos y honestas cuando no indignados e indignadas porque, acusan, se les difama.
Bueno, bueno, señoras y señores, entre el martes 10 y el amanecer de ayer 11 de septiembre, en vivo y a todo color corrió el capítulo estelar de la telenovela “No somos iguales”, con actores y actrices que heredaron mañas harto conocidas de la patriotera vieja política chicharronera.
No le voy a aburrir con la recapitulación de lo que le consta o le contaron de lo ocurrido en el Senado de la República, hoy en poder de la mayoría oficialista que, junto con sus satélites, partió el queso y, porque así lo ordenó Su Alteza Serenísima, aterrizó con el visto bueno de la mayoría calificada a la llamada Reforma del Poder Judicial de la Federación.
Anoche, con el madrugador y bien maiceado Congreso oaxaqueño que, a las siete de la mañana ya había avalado la reforma y sumaba mayoría de 17 congresos estatales que aprobaron la minuta que les turnó el Senado y punto.
Antes del domingo el licenciado presidente la promulgará y chínguese el ciudadano en general, incluso quienes la apoyaron sin conocerla.
Los defensores argumentan que se acabarán privilegios en la dorada burocracia de la Corte y el Poder Judicial de la Federación en general. Sí, pero y qué ocurrirá con la carrera judicial y los jóvenes que hace fila para ascender.
¡Ay!, la pinche corrupción y el insultante nepotismo por fin se irán de este Tercer Poder Federal.
¿En serio? Con la elección de jueces, magistrados y ministros por el voto del pueblo, sí, ese pueblo que es usado, utilizado por los nuevos dueños del poder y con un puñado ignorante del tema a elección disponen de vida y milagros de, por ejemplo, la cancelación de la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde se perdieron más de 300 mil millones de pesos y se le construyó un dizque parque ecológico al que se le despanzurró un laguito artificial con millones de litros de agua de lluvia. ¡Sopas!
Sí, se requiere una reforma de ese Tercer Poder, pero ¿por imposición, idea, escenografía, luces y vestuario del Poder Ejecutivo, es decir el Presidente dueño de todo?
Sí, por eso y, por supuesto, el dueño del poder amaneció de plácemes e incluso llevó a la mañanera, de la mano y con sonrisa Colgate en pleno, a su señora esposa.
Sí, feliz, chingón el licenciado Andrés Manuel López Obrador. Sí, por supuesto, se cumplió su deseo, cobró venganza de las afrentas sufridas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Sí, que todo México se entere. Irrumpió rencoroso y con el brillo de la venganza consumada contra la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, quien osó enfrentarlo y no se puso de píe cuando, el año pasado, en Querétaro, encabezó la ceremonia de la Promulgación de la Constitución Política.
Sí, señoras y señores, el licenciado López Obrador saboreaba, ayer con la panza vacía porque no había desayunado, ese platillo que se disfruta en solitario y se llama venganza.
La reforma al Poder Judicial de la Federación, cuya iniciativa fue ideada en Palacio y bosquejada en algún momento por Ricardo Monreal, había pasado la aduana del Senado contra la férrea postura de la oposición legislativa.
¡Chínguense! Priistas, panistas que hoy son oposición de la mano de los emeceístas a quienes un senador campechano les jugó chueco, merced a un ardid que bien conocen el licenciado Adán Augusto y el intelectual Fernández Noroña.
De los Yunes ni qué decir, usted sin duda los conoce o, por lo menos, ayer leyó y escuchó lindeza y media con la que trataron a padre e hijo que fueron expulsados de las filas del PAN por haber cometido el pecado de la traición.
Porque…
¡Total!, dos o cuatro, o los legisladores traidores que fuera no implicaba gran problema. Y operó esa maquinaria que se aceita con expedientes, órdenes de aprehensión, ofertas de dinero, amenazas de proceder contra la familia y etcétera, etcétera.
Y cayeron traidores y traidoras. Usted sabe sus nombres.
Pero, vamos, jóvenes y jóvenas del coro fácil, qué dice el licenciado López Obrador. Con la cabeza de la oposición en mano puntualiza:
“Yo caracterizo a los de derecha, que no me gusta llamarles así, o a los reaccionarios como conservadores, o sea, porque pensé: ¿Cómo les llamo? ¿Cómo los caracterizo? Y son conservadores. Y tienen tres distintivos:
“Primero, son muy hipócritas, que ahorita se rasgan las vestiduras, que es la doctrina de los conservadores: ‘¡Ay, qué horror! ¡Qué acuerdos’ ‘¡Cómo se atreven a hacer esos acuerdos! ‘¡Yunes, uy!’ ‘La maestra Elba Esther Gordillo, ¡ay, Jesús me ampare!’ ‘Carlos Salinas de Gortari’. Entonces, ese es un distintivo, la hipocresía, esa es su verdadera doctrina: son muy buenos en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
“Lo segundo es que son muy corruptos, pero mucho, mucho muy ambiciosos”, festina el Duce.
Pero lo interrumpe una reportera y le refiere:
“(…) porque si a Miguel Ángel Yunes Márquez (el panista que dizque se enfermó y luego voto a favor del dictamen de la reforma) lo considera muy corrupto, ¿entonces por qué entonces…?
“Sí, sí, sí, nada más le podría decir que una golondrina no hace verano en el caso que fuese así”, justifica el licenciado presidente.
“(…) Y –continúa–el tercero, es que son los conservadores muy autoritarios, fachos”.
Así, el jefe operador de esta reforma aprobada en el Senado sin quitarle una coma, en apego a su mandato, jefe que seguirá siendo porque lo requiere el segundo piso de la 4T, y la Princesa Caramelo no tiene objeción.
¡Ah! Y la Princesa Caramelo, en entrevista banquetera, respecto del voto del honesto hombre de acero que, en horas, se recuperó de severa lesión en las cervicales, llamado Miguel Ángel Yunes Márquez, consideró:
“Pues, es una decisión que él toma y además informada porque hace un posicionamiento muy claro, muy, muy claro de porqué la está apoyando. Es una buena reflexión la que hace él”, respondió la Princesa Caramelo en apego al guion que, por la mañana dictara el licenciado presidente.
–¿Pero no hubo presiones, amenazas? —le preguntó cándida reportera.
–No, que yo sepa no. Yo creo que él tomó una buena decisión y la historia se lo va a reconocer (¡Sopas!) –dijo la Princesa Caramelo.
Y acabó por correr el manto de la impunidad al senador Yunes Márquez, quien fue expulsado del PAN por traidor, junto con su padre Miguel Ángel y dos diputados del Congreso oaxaqueño que votaron a favor de la reforma de marras.
En el PRI hay aprestos para, igual, expulsar del edén tricolor a una diputada y dos diputados del Congreso oaxaqueño.
¡Ah!, pero el jefe de la Mafia del Joder anda de plácemes y si usted pregunta a senadores y diputados oficialistas por qué aprobaron esa reforma, sin chistar responderán:
“¡Es un honor estar con Obrador!”
¿Traicionaron a la patria? No, ¡caray!, que no entiende usted que no son iguales. No, son peores. ¿A poco no, Drakko? Digo.
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