¡Ay!, le salió del alma.
De pena ajena. La pareja imperial tiene ácido sentido del humor y hay quienes les aplauden y acompañan –¿borregos?– en su caso la risita burlona de Su Alteza Serenísima porque es de obligada sintonía. Pero…
Sí, en efecto, ser graciosa a costillas del prójimo se contagia y la señora historiadora Beatriz Gutiérrez Müller pretendió emular a su consorte Andrés Manuel I, aunque éste se incomodó y nadie del séquito le festejó la gracejada.
“¡Ay!, me salió del alma”, dijo la señora Gutiérrez Müller una vez que erró en parafrasear al culto Enrique Peña Nieto con aquello de “no es un minuto, es menos”, cuando este lunes el controlador aéreo le dijo que el próximo vuelo tardaría en llegar nueve minutos.
Al licenciado presidente no le hizo gracia la puntada de su consorte. Pero, así como ella, él puede incurrir en un desliza verbal del que luego habrá de arrepentirse.
¿A poco no?, preguntaría Ricardo Anaya, a quien de plano dejó de mencionar en las mañaneras como uno de los aspirantes a sucederle en el cargo en septiembre de 2024.
Miedo o precaución, llámele como usted quiera, pero el licenciado presidente no lo incluye en esa que es broma de mal gusto cuando demanda a los dirigentes de la oposición destapar a sus prospectos.
Usted estará de acuerdo en que con esa demanda, Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I se burla de la oposición, la minimiza en cuanto a estatura de quienes podrían ser candidatos a sucederle. Juega con las capacidades de más de una decena de hombres y mujeres que transitan en la política, algunos con más pena que gloria.
En un juego perverso que puede revertírsele.
Y aunque a los que cita como buenos prospectos, se han sumado el domingo último la diputada federal y declarada vendedora de favores, Patricia Armendáriz, o el legislador Antonio Pérez Garibay, que vive de la fama de su hijo corredor de autos, Checo Pérez, hoy tiene en el comediante y youtuber Chumel Torres en calidad de distractor de los graves problemas que enfrenta el país.
Chumel ha hecho de Andrés Manuel personaje incapaz de gobernar y poseedor del voluntarismo más abyecto en perjuicio del país. Y Andrés se ríe cuando lo menciona como presidenciable.
Chumel se quejaba de que, en las mañaneras, el licenciado presidente no lo mencionaba y, cuando lo hizo, entonces fue pretexto para devolverle la broma, severa en la descalificación de quien llama “mi viejito”.
Y el viejito lo lanza al estrellato entre los personajes políticos que ha mencionado y de los que, salvo los que son de su equipo y la favorita Claudia Sheinbaum, los refiere con sarcasmo.
Pero, y qué tal que Chumel llegue a la Presidencia. Puede ser sueño guajiro, pero ¿le perdonaría más allá de la burla y que lo utilice como relleno de sus gracejadas en la matutina, los actos de corrupción que le refiere un día sí y otro también?
Andrés Manuel I debe recordar el ejemplo inmediato de un personaje del corte de Chumel Torres, es decir, al comediante Volodimir Zelensky que en abril de 2019 se perfiló como presidente de Ucrania, cuando de más de 85% del recuento de los votos tras las elecciones del domingo 14, la Comisión Electoral Central ucraniana informó que Zelensky obtuvo más de 70% de los votos, una ventaja rotunda e irreversible.
Su oponente, el entonces presidente Petro Poroshenko, reconoció la derrota.
¿Y qué tal que el ingeniero José Manuel Torres Morales, es decir, Chumel arrasa en los comicios de junio de 2024? ¿Lo admitirá Andrés Manuel I?
Reza el refrán que tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. ¿Chumel Presidente?
Como presidente, Volodimir Zelensky iba en picada, su bono democrático se agotaba pero llegó la guerra con Rusia y su fama creció como un Presidente que se puso al frente de los ucranianos para defender a su patria.
Su Alteza Serenísima le perdió el respeto a la sucesión presidencial, a su sucesión para afianzarse en el poder transexenal. Con sus dichos y bromas, descalifica a sus candidatos, más a los de la oposición en una lista de personajes con calidad política y posibilidades de crecer en los próximos dos años.
O, dígame si no, con esta mecánica demuestra urgencia por conocer a quienes serán sus contrincantes en el proceso electoral 2023-2024. Y la estrategia es ablandarlos, descalificarlos.
“Yo les aconsejaría que ya empiecen a seleccionar a sus candidatos para la Presidencia, porque ya estoy viendo que hay quienes manifiestan que van a participar, la señora Lilly Téllez, (Gabriel) Quadri, seguro la señora Margarita Zavala, Santiago Creel, a lo mejor Loret de Mola, Carmen Aristegui, el presidente del PRI, Alejandro Moreno, Marko Cortés, Claudio X. González, sociedad civil”, dijo en la mañanera del pasado 14 de este mes. Por supuesto riéndose. Y continuó:
“Ya que empiecen porque no solo es el tiempo de campaña. Lo que está haciendo Quadri y la señora Lilly Téllez es porque se necesita tiempo y van a salir otros. Ayer vi a Damián Zepeda y eso está muy bien, adelante”, dijo AMLO esta mañana en Palacio Nacional.
¿Por qué no incluye al senador Ricardo Monreal? ¿Será porque Ricardo se cuece aparte?
El próximo 7 de mayo, Chumel Torres cumple 40 años y su popularidad crece exponencialmente, más con esas bromas de mal gusto que hace a sus costillas el licenciado presidente.
¿Qué opinan de esta puntada con riesgo de hacerse realidad, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; o la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle?
Es posible que usted lo tome como una broma de mal gusto; quizá lo estime sueño guajiro producto de este juego perverso de Andrés Manuel I o, tal vez, considere que el Duce abre un abanico distractor y se burle de sus contrincantes.
Pero, entre broma y veras, ¿por qué no y el cuarentón Chumel contiende y gana? El mejor ejemplo de que nada es imposible en asuntos políticos, es el presidente de Ucrania que se alza como un líder político que se ha ganado el respaldo de la mayoría de las naciones integrantes de la ONU. No se ría, es asunto serio. Digo.
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