Un curioso fenómeno se está presentando en nuestra Frontera Sur con Guatemala, miles de personas en caravana penetraron a nuestro país con dirección a la Frontera Norte, con el fin de introducirse a los Estados Unidos. Nuestro presidente electo ya hasta les ofreció concederles visas de trabajo. Dice que serán necesarios para la construcción del famoso Tren Maya.
El Presidente Trump, ansioso de tener temas calientes en su agenda política, ante la amenaza de que su partido, el Republicano, pierda las elecciones de noviembre, y con ello se vea amenazada su permanencia en la Presidencia de los Estados Unidos, a través de un juicio político (impeachment), ha subido al máximo el tono de su de por sí fuerte retórica, y amenaza con hacer un cierre total de su Frontera Sur con México, a través de un bloqueo impuesto por el poderoso ejecito de los Estados Unidos.
Mientras en México el presidente Peña insta de una manera calmada y sin prisa, que los inmigrantes ilegales de Centroamérica deben ordenadamente pedir visas de trabajo, cuando bien sabe que lo que menos les interesa es quedarse en México a trabajar.
Todo parece retórica que viene tanto de Trump, como de AMLO y de Peña, pero lo que sí es muy posible que pase es que esos centroamericanos lleguen a la Frontera Norte, y entonces el presidente Trump se vea forzado a cerrar la frontera como un acto desesperado para parar esa inmigración, y supuestamente, con ello ganar muchos adeptos a las campañas republicanas a la renovación parcial de su Congreso.
Inclusive, existen especulaciones de que esta marcha hacia el Norte no sea natural (a mi francamente se me hace muy sospechoso que esté sucediendo como por generación espontánea), ya que una movilización de esta envergadura necesita grandes recursos económicos y logísticos.
Pero, supongamos que Trump llegare a cerrar las fronteras con México, el resultado de ello sería punto menos que catastrófico. Debemos de considerar que las operaciones fronterizas entre ambos países son vitales tanto para las fronteras del lado estadounidense como para las mexicanas. Asimismo, las exportaciones de México para Estados Unidos son tan necesarias para los mexicanos como para nuestros primos del Norte. Sin los insumos industriales y la exportación de bienes terminados procedentes de México, colapsarían muchas áreas económicas de Estados Unidos, como la industria automotriz, aeroespacial, de artículos electrodomésticos, eléctricos y electrónicos, como las televisiones, computadoras, teléfonos inteligentes, así como productos del campo, como los aguacates, frutas legumbres, frutos rojos, sin olvidarnos del tequila que se consume en Estados Unidos en cantidades enormes.
Debemos de tomar en cuenta que los mortales de Estados Unidos y México, dependemos en gran medida de las necedades de nuestros gobernantes, presentes y futuros, de los intereses político/electorales de los Estados Unidos, que literalmente traen al mundo entero de cabeza.
Esperemos que México logre contener la avalancha de migrantes que sufren una situación de violencia, miseria y persecución en sus propios países. Que lo haga con gran sabiduría y respeto a los derechos humanos, ya que, si no lo hace, puede desencadenar la furia oportunista de un orate que gobierna a la nación más poderosa del mundo, que puede desatar cadenas de consecuencias sumamente peligrosas tanto para Estados Unidos como para México.
Es por eso que nuestros gobernantes deben de actuar de inmediato de una manera inteligente y con mesura, para evitar un mal que nos puede desestabilizar rápidamente y empezar el nuevo sexenio, no solo con la incertidumbre de un nuevo régimen que no sabemos a ciencia cierta a que extremos también nos puede llevar.
Estamos ante una amenaza real de consecuencias incalculables para nuestras regiones en el globo. Ojalá se lleve a los miles de centroamericanos a un puerto seguro, para que no continúen los intereses perversos de Trump de aprovecharse de ellos, tomando ventaja de las pésimas políticas públicas migratorias que tradicionalmente ha seguido nuestro país.