Número cero/EXCELSIOR
La CDMX es un epicentro de la batalla electoral 2024, junto con el voto por el Congreso. La oposición necesita ganar la capital como espacio estratégico de contrapeso a Morena ante la perspectiva de un segundo mandato de la 4T en Palacio Nacional, pero su apuesta por crear la percepción de triunfo en la punta de los dedos es sólo imagen mental, sin la movilización de las preferencias y los votos.
En una elección a dos bandas, el panista Santiago Taboada enfrenta hoy a la morenista Clara Brugada en el primer debate de esta elección, con la urgencia de mostrarse competitivo e incluso en condiciones de imponerse, aunque va abajo en todas las encuestas en un enclave que su partido nunca ha alcanzado. La capital es un símbolo para la izquierda que la gobierna y la 4T que vio nacer aquí; pero hoy la oposición ve en ella una oportunidad de equilibrar fuerza con otra Presidencia de Morena y otra forma de relación con Sheinbaum.
Eso es lo que se juega, más allá del contraste entre dos proyectos en la vitrina política de la capital; lo que explica su valor estratégico y la razón por la cual sea teatro de operaciones de la mayor ofensiva mediática de la oposición contra su rival a vencer de Morena. Su estrategia se basa en un combate terrestre y un bombardeo aéreo, que trata de generar un doble clima de opinión entre los sondeos y la opinión publicada para trastocar la percepción de triunfo de Brugada, creando la sensación de que puede perder la ciudad.
Mientras que con la lucha territorial pretende explotar los conflictos internos de la selección de candidatos y dividir a sus cuadros y operadores en la ciudad, que, sin embargo, carecen de incentivos del “chapulineo” a la oposición. Así como proyectar la idea de un equipo dividido por un alejamiento con Sheinbaum tras la frustrada candidatura de Harfuch, aunque nadie serio podría creer que estaría dispuesta a arriesgar la ciudad y aceptar cohabitar con el PAN en ella si, además, es una plataforma natural para la presidencial de 2030.
Brugada va ganando la batalla aérea, como indica el promedio de encuestas. El debate para ella es oportunidad de mostrar su diferenciación de visión política y proyecto, así como sus resultados en Iztapalapa, cuyo gobierno fue valorado como el más transparente y con mejor gestión de recursos de la CDMX por la ASF. Para la oposición es crucial para revertir la espiral de silencio que se proyecta sobre los que se rezagan en los sondeos y no logran limpiar señalamientos negativos de corrupción, como el del cártel inmobiliario de las autoridades de la alcaldía de BJ, donde gobernó Taboada.
En cuanto a la batalla territorial, el mayor desafío de la 4T es el abstencionismo en las zonas donde gana con mayor cantidad de votos y que, en las últimas tres elecciones, son las que registran los índices más altos. La movilización a las urnas es un reto para Morena mayor que la oposición, que, sin embargo, aprovecha para transmitir la idea de que tiene más capacidad de sacar a su voto duro y crear una falsa narrativa de una ciudad dividida entre poniente y oriente para ganar el voto switcher. ¿Qué pensarán los jóvenes de eso?
Lo que sucede es que no requiere de gran movilización, porque sus índices de participación en casillas ganadas son altas y están en zonas de fácil acceso como BJ, MH o ÁO, pero con escaso margen de crecimiento; en tanto que las de Morena se ubican en zonas de difícil traslado, aunque con mayor potencial de subir. Tan es así que una táctica de Taboada ha sido tratar de penetrar en sus feudos, por ejemplo, en Iztapalapa, pero con poco éxito por falta de propuestas para el electorado morenista, que no sea su compromiso firmado con sangre de mantener los programas sociales.
De fondo, el problema de la oposición no es sólo la percepción en las encuestas, sino la falta de planes diferentes y creíbles para atender problemas como la crisis agua o de contaminación, incluso la seguridad, en que también replica ideas de gobiernos anteriores como el de Ebrard. La movilización será la clave para que los muros que se imaginan para dividir la ciudad electoralmente no se conviertan en barreras reales que profundicen la desigualdad y recorten los derechos de todos.