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Es fácil sintetizar una lucha desigual:

Claudia Sheinbaum, candidata oficial, tiene tres estructuras corpulentas para su beneficio de abajo a arriba y de izquierda a derecha del país.

En cambio, la oposicionista Xóchitl Gálvez carece de organigrama de apoyo tanto para organizar su agenda como para desarrollarla a lo largo y ancho del territorio.

Comencemos con la candidata del gobierno, del presidente Andrés Manuel López Obrador:

Desde la Jefatura de Gobierno tuvo oportunidad de armar cuadros nacionales, regionales, estatales, distritales y municipales.

El punto de partida fue y es el Gobierno federal.

Ahí operan desde distintos organigramas, horizontales y verticales, para garantizar el funcionamiento de las oficinas públicas y los programas sociales.

Y por supuesto se incluyen superdelegados con plenos poderes y presupuesto, subdelegados y delegados de la representación federal.

BUROCRACIA EN ACCIÓN

La segunda organización es el partido oficial.

Aunque en muchos lugares no tiene comités formales, existen grupos morenistas respaldados por funcionarios de todos los niveles.

Y si Morena tiene 21 gobernadores estatales más tres adláteres -el morelense Cuauhtémoc Blanco, el neoleonés Samuel García y el potosino Ricardo Gallardo-, todo resulta fácil.

Lo fue en la contienda de las corcholatas -por algo se quejaron Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal; Adán Augusto López calló-, no se diga ahora.

Las libertades se han ensanchado a la par de la falta de controles y la cargada es más fácil para lanzar a toda la burocracia –servidores de la nación y jóvenes construyendo el futuro son un ejemplo- para servir a la exjefa de Gobierno.

Tantos mandos se estorban y ahora es necesario hacer un ajuste: quedarán las supuestas estructuras de Morena y las de Claudia Sheinbaum.

Así habrá ahorros, menos mandos y menos exhibición por si alguna vez el INE de Guadalupe Taddei decide asomarse a gastos, contratos y costos de una campaña fastuosa.

Y MANDOS SIN MANDO

1.- Xóchitl Gálvez revisa a su disímbolo equipo para hacer efectivo el relanzamiento organizacional.

Porque el problema está dentro para encauzar a una sociedad volcada, como lo vio en las concentraciones en Aguascalientes y San Luis Potosí.

Deberá hacer caso a quienes critican a varios de ellos, aunque recién los haya ratificado, como su coordinador Santiago Creel o su encargado de agenda, Moisés Gómez.

Ser ejecutivo es ser eficaz.

Ellos no tienen el reconocimiento y muchas veces los saltan, lo cual crea más asuntos y ocupación para Xóchitl Gálvez en demérito de sus actividades proselitistas.

Y 2.- Lo más preciado para los mexicanos, nadie lo duda tras conocer los hechos de Texcaltitlán, es la seguridad.

Y los resultados en seguridad fueron claves para la buena calificación de salida de Miguel Riquelme y el triunfo de Manolo Jiménez.

Manolo ha iniciado su gobierno con vigor y ayer pasó revista a las policías de Coahuila, donde prometió 150 patrullas y 10 cuarteles policiales y militares.

Un paso en sentido contrario al federal: desde Palacio se debilitan las fuerzas estatales, mientras en Coahuila se refuerzan con estrategia, equipo táctico y capacitación.

@urenajose1