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El cambio de política se dio bajo la puerta.

Tal vez para no molestar a quien hizo del sectarismo su forma de gobierno para cimentar y fortalecer su pomposa transformación.

Pero la decisión de Claudia Sheinbaum merece destacarse porque, si cumple su promesa y nadie la pone en duda, el país entero será beneficiario.

Ya no habrá reuniones cerradas y limitadas a los correligionarios, lo cual selló al lopezobradorismo y afines como una administración de facción.

Inclusive ella sorprendió a los escasos opositores sobrevivientes ante esta avalancha de triunfos electorales guindas y de presiones electorales.

Por ejemplo, María Eugenia Campos no lo podía entender: la próxima Presidenta la convocaba a una reunión de trabajo y le pidieron traer su lista de prioridades para Chihuahua.

No lo dudó, reaccionó, porque su misión es hacer gobierno y quiere un entendimiento con el Gobierno federal como no lo tuvo, sin llegar por ello al choque, con Andrés Manuel López Obrador.

DIÁLOGO CON TODOS

Maru Campos era ayer una mujer solitaria.

Algo extraño desde la virtual anulación de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), donde confluían y buscaban entendimiento todos los signos políticos.

Ha dejado de ser el foro imaginado por sus impulsores José Murat (priista) y Ricardo Monreal (perredista) para presionar por recursos, obras y proyectos al gobierno de Vicente Fox.

Eso quedó atrás.

Ayer Maru Campos acudió a un encuentro de distinto nivel, con un equipo de morenistas para otear hacia dónde va el próximo gobierno y cuáles serán los beneficios para Chihuahua.

Saludó con cortesía a la candidata electa y a los demás convocados, Víctor Manuel Castro, Miguel Ángel Navarro, Rubén Rocha, Zoé Robledo, Lázaro Cárdenas, Mario Delgado.

A juzgar por su estado de ánimo, salió feliz.

A su optimismo coopera el discurso de Claudia Sheinbaum, quien prometió abrir diálogo con todos los gobernadores, incluidos los de oposición “como debe ser”, para trabajar juntos.

FRACASOS EN SALUD

La promesa es ver hacia 2025.

Punto de avance será el presupuesto del año próximo, donde se etiquetarán recursos para las prioridades convenidas en las reuniones regionales de Claudia Sheinbaum con los gobernadores.

No se habló del pasado reciente, del sexenio en curso, pero el contraste es radical a partir de un solo sector: ¿qué habría pasado si se han lanzado por consenso los programas de salud?

Tal vez no habrían respaldado el Insabi y demás experimentos fracasados, pero quizá hoy las 32 entidades federativas estarían sumadas al IMSS-Bienestar y se sabría hacia dónde vamos.

A propósito, reflexión al canto: ¿qué ha sido del maestro Juan Antonio Ferrer Aguilar, a quien no se le regatearon recursos para manejar el Insabi pero nadie sabe el destino de miles de millones de pesos?

Queda para la anécdota las cifras difundidas en su oportunidad: inició operaciones en 2020 con 74 mil 556 millones y al siguiente, con la desaparición a la vista, todavía se le programaron 107 mil 216.

Tal vez estemos -la esperanza no debe desvanecerse- ante un cambio de paradigma y la reunión de ayer sea la primera de muchas fructíferas.

@urenajose1