El Presidente porque habla con afecto de sus corcholatas y ordena para ellas todo el apoyo de los gobiernos estatales y municipales.
Todos, gobernadores y alcaldes, están obligados a demostrar su disposición y obediencia cuando visitan sus regiones y les organizan actos.
No nada más eso.
Deben ofrecer y pagar toda la logística: convocatoria, mantas, escenarios, estrados, equipos de sonido, acarreo y hasta las porras.
Pero dos son las corcholatas favoritas de Palacio Nacional: la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
En ese orden.
Pero no se les especifica y ahí está el problema: no saben a quién privilegiar, a quién expresarle sus simpatías, sobre quién derramar más recursos -públicos, obvio- y usar un discurso conveniente.
Conveniente es eufórico para la favorita y mesurado para quien se cree viene de atrás con estrategia superior para imponer su paisanaje y desde ahí remontar hacia la candidatura presidencial.
APOYO PARA TODAS
También confunden las corcholatas.
Llegan, escuchan a dos o tres oradores locales y luego simplemente garantizan la continuidad de la regresión nacional tamizada con el discurso oficial como tetratransformación.
Ante la duda, los gobernadores operan para los dos.
Por ejemplo, a Culiacán fue Claudia Sheinbaum y tanto el gobernador Rubén Rocha como el cacique de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Héctor Melesio Cuén, le organizaron actos con morenistas.
Pero luego fue Adán Augusto López y Rocha, para no quedar mal, le organizó actos multitudinarios… ¡con priistas!
Esta confusión se da también en otros lados.
Basta ver lo sucedido en Tabasco, donde José Ramiro López Obrador anunció su respaldo para Claudia Sheinbaum y el gobernador Carlos Manuel Merino hizo limpia de recomendados de su padrino Adán Augusto López.
En ese sentido, están más libres Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal: el primero es corcholata, pero no favorita, y el segundo ni es corcholata ni es favorito y por eso es hombre libre.
NUEVA MARCA EN TV
1.- El peor papel de México en mundiales de futbol no ha menguado la afición mexicana.
Vaya un dato oficial: la marca de audiencia en televisión abierta la estableció el partido contra Argentina, visto por 40.5 millones de aficionados, más cuatro millones en dispositivos a través de Vix.
Las televisoras se repartieron el público: sola, TelevisaUnivision tuvo 21.1 y 19.4 millones la competencia, en especial TVAzteca.
A su vez, Canal 7, promocionado como El Canal del Mundial, implantó una marca unitaria con 4.75 millones de aparatos sintonizados.
Esto se traduce, dicen sus datos y los de Ibope, en 19 millones de televidentes frente a un aparato con imagen y voz.
Bien por ambas televisoras, espacio de esparcimiento, diversión y afición porque llevan el Mundial a todo el territorio… aunque Tata Martino y su selección no correspondan con resultados.
Y 2.- Unifin no ha publicado información financiera del tercer trimestre de 2022, pero realiza negociaciones proactivas con acreedores y fuentes de financiamiento.
Lo hace porque está sujeta a concurso mercantil y queda pendiente una reestructura judicial ordenada y debe informar oportunamente de su estatus a acreedores y asesores, siempre bajo contratos de confidencialidad.