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Los científicos y las autoridades sanitarias a nivel mundial tienen los ojos puestos en un descendiente de la variante ómicron que se ha encontrado en al menos 40 países, incluido Estados Unidos.

Esta versión del coronavirus, que los científicos denominan BA.2, se considera más furtiva que la ómicron original porque sus rasgos genéticos la hacen un poco más difícil de detectar. Algunos científicos temen que también pueda ser más contagiosa y afirman que hay muchas cosas que aún se desconocen; por ejemplo, si evade mejor las vacunas o si causa una enfermedad más grave.

Desde mediados de noviembre, más de 30 países subieron casi 15 mil secuencias genéticas de BA.2 a la plataforma mundial GISAID, la cual permite compartir datos sobre el coronavirus. Hasta el martes por la mañana, 96 de esos casos secuenciados procedían de Estados Unidos.

La mutación parece mucho más común en Asia y Europa. En Dinamarca, representaba el 45 por ciento de todos los casos de COVID-19 a mediados de enero, frente al 20 por ciento de las dos semanas anteriores, según el Statens Serum Institut, que depende del Ministerio de Salud danés.

El subtipo BA.2 tiene muchas mutaciones. Alrededor de 20 de ellas en la proteína de la espícula son compartidas con la variante ómicron original. Pero además presenta cambios genéticos que no se veían en la versión inicial.

No está claro hasta qué punto estas mutaciones pueden resultar de importancia, sobre todo en una población que se ha enfrentado con la versión original de ómicron, dijo el doctor Jeremy Luban, virólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts.

Por ahora, la versión original, conocida como BA.1, y la BA.2 se consideran subgrupos de ómicron. Sin embargo, los expertos en salud mundial podrían darle su propio nombre con letra griega si se considera una ”variante de preocupación” de importancia mundial.

Un primer análisis realizado por científicos de Dinamarca no muestra diferencias en el número de hospitalizaciones por BA.2 en comparación con la original. Los científicos de ese país están estudiando la capacidad de infección de esta versión y la eficacia de las vacunas actuales para combatirla. Tampoco está claro si los tratamientos funcionarán contra este subtipo.

También se desconoce si una persona que ya ha tenido COVID-19 causado por ómicron se puede volver a infectar con BA.2, pero tienen la esperanza de que una infección previa con la ómicron inicial reduzca la gravedad de la enfermedad si alguien contrae posteriormente BA.2.

La Organización Mundial de la Salud clasifica la variante ómicron como preocupante, la más grave entre las designaciones de las mutaciones del nuevo coronavirus, pero no designa a la BA.2 con una denominación propia.

Sin embargo, dado su ascenso en algunos países, el organismo dice que las investigaciones sobre BA.2 ”deben ser prioritarias”.

Por su parte, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido ha designado la BA.2 como ”variante en investigación”, y señala el creciente número de casos encontrados en el Reino Unido y a nivel internacional. Aun así, la versión original de ómicron sigue siendo la dominante en el Reino Unido.

¿POR QUÉ ES MÁS DIFÍCIL DETECTARLA?

La versión original de ómicron tenía características genéticas específicas que permitían a las autoridades sanitarias diferenciarla de delta con rapidez mediante una prueba de PCR debido a que no se le detecta el gen S, uno de los tres ”genes diana” del virus.

La BA.2 no tiene esta misma peculiaridad genética, por lo que en la prueba, la BA.2 se parece a la delta.

FUENTE: WWW.MSN.COM, LINEA POLITICA, 29/01/2022.