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Al cerrar su gira de rendición de cuentas, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo enfatizó que cualquiera que robe al pueblo enfrentará la justicia, pues en el México de hoy la honestidad es la regla y no la excepción.

Y es que, afirmó que en México se terminó la corrupción, se ejerce el poder con honestidad, no se heredan cargos públicos, la soberanía se ejerce con dignidad y, con la nueva ley de amparo —que se analiza en el Congreso— no se protegerá a contribuyentes que se niegan a pagar impuestos.

“Una cosa es clara: cuando no hay corrupción, alcanza para más. Les doy este dato: en 2025, nuestra estimación es que, sin haber subido impuestos, en comparación con el año pasado, estaremos recaudando 500 mil millones (de pesos) más de presupuesto para la gente”.

Ante un pletórico Zócalo de la Ciudad de México, en un acto en el que también conmemoró su primer año de administración, la mandataria federal ofreció un mensaje de 55 minutos, en el que también dejó claro que no habrá rompimiento con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, además que no se permitirán injerencismos extranjeros.

Ratificó que la corrupción se acabó en el país: “Los conservadores quisieran que olvidáramos cómo se vivía antes, presidentes rodeados de lujos, gobiernos alejados de la gente y fortunas construidas al amparo de poder público; pero eso se acabó, porque en este México nuevo la honestidad no es la excepción, es la regla, y quien robe al pueblo, enfrenta la justicia”.

Ante miles de personas que se congregaron en la principal plaza pública del país —centro político, social, cultural y de la resistencia de México—la jefa del Ejecutivo subrayó que “el poder no es para enriquecerse, es para servir con humildad. Los recursos públicos son sagrados, se le devuelven al pueblo en derechos, programas de bienestar y obras estratégicas para el desarrollo nacional”; contrario a lo que sucedió en 36 años de la “oscura noche del neoliberalismo”.

Acompañada por integrantes de su gabinete y por la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, la presidenta abrió su discurso dejando claro que no camina ni gobierna sola.

“El nuestro es un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo de México. Vivimos un momento históricos nuestro país transita por un camino de justicia social, de dignidad y de garantía de derechos sociales, libertad, democracia y soberanía. No es un logro menor ni pasajero, es el fruto de décadas de lucha pacífica, de organizaciones, de resistencia y es, también, la herencia de un hombre honesto y profundamente comprometido con su pueblo, el presidente Andrés Manuel López Obrador”.

Destacó que la oposición se ha empeñado en que se dé un rompimiento entre ella y el ex mandatario, pero esto no sucederá, afirmó.

“Se han empeñado en separarnos, en que rompamos, su objetivo no es otro más que el de acabar con el movimiento de transformación, que nos dividamos; pero eso no va a ocurrir, porque compartimos valores, honestidad, justicia y amor al pueblo de México; porque compartimos proyecto: el humanismo mexicano; y porque no llegamos al gobierno solo para administrar, llegamos para seguir transformando la nación para el bienestar del pueblo”.

Sheinbaum Pardo remarcó que el tabasqueño “fue, es y será siempre un ejemplo de honradez, de austeridad y de profundo amor al pueblo; nunca se rindió, nunca se vendió a los poderosos, nunca se apartó de sus principios. Y, escúchenlo bien, su presidenta tampoco lo hará, porque tenemos convicciones, tenemos principios, porque por más duras que sean las presiones, nosotros sólo hacemos reverencia a uno solo: al pueblo de México. Que se diga bien y que se oiga lejos: ¡En México el que manda es el pueblo!”.

Gran parte de su mensaje, la mandataria volvió a mencionar los indicadores de la reducción de la pobreza y la desigualdad, las obras públicas, los programas sociales, la recuperación de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, las becas, el sistema de salud, entre otros. Resaltó que 13 meses d trabajo de la actual legislatura federal se han aprobado 19 reformas constitucionales y 40 nuevas leyes.

En ese marco, aprovechó para argumentar en favor de la reforma a la ley de amparo, que recientemente propuso y hoy analiza el Congreso de la Unión.

“Garantiza a los ciudadanos sus derechos frente a cualquier acto de autoridad, eso está totalmente salvaguardado, su objetivo es hacer la impartición de justicia más rápida, más expedita; garantizar la pronta actuación frente a lavado de dinero; y evitar que amparo se use como resguardo de por vida de los potentados que no quieren pagar sus impuestos”.

La presidenta descartó que exista un divorcio entre su gobierno y el pueblo, y puntualizó que la prosperidad es compartida o no es prosperidad; que la justicia es para todas y para todos, si no no es justicia; que la democracia sólo florece cuando el pueblo es el protagonista y que la ibertad plena va a acompañada del bienestar.

“Por eso, desde este Zócalo histórico, reafirmamos nuestro compromiso con la 4T de la vida pública de México, una transformación que le pertenece al pueblo. Estoy segura, porque lo escuchamos en las plazas de toda la República, vamos por el camino correcto, aquí estamos de pie con la fuerza de nuestra historia, con el orgullo de nuestro presente y con la esperanza de nuestro por venir”.

La jefa del Ejecutivo ratificó el compromiso que asumió desde su primer mensaje como presidenta: “No les voy a fallar, mi compromiso es con el pueblo y sigue siendo entregar mi alma, mi vida y lo mejor de mi misma por el bienestar del pueblo de México. Mi compromiso es defender a la patria. Mi compromiso con ustedes es ser una presidenta que esté a la altura de la generosidad y grandeza de nuestra historia y del pueblo de México”.