El cuerpo del mexicano Rubén Ramírez Cárdenas, ejecutado la noche del pasado miércoles por las autoridades de Texas, permanece en una funeraria de la comunidad fronteriza de Edinburg, donde reside su familia, para que pueda ser visitado por sus amigos y familiares.
Una vocero de la Casa Funeraria Ceballos-Díaz de Edinburg dijo que la familia pidió no revelar información sobre el funeral, por lo que se negó a precisar si el cuerpo de Ramírez Cárdenas será sepultado o cremado.
Ramírez Cárdenas, quien tenía 47 años y era originario de Irapuato, en el central estado de Guanajuato, fue ejecutado por las autoridades carcelarias de Texas mediante inyección letal la noche del pasado miércoles en la cámara de la muerte de la Unidad Carcelaria Walls, en la ciudad de Huntsville, al noroeste de Houston. El mexicano recibió la pena capital por el secuestro, violación y homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna, de 16 años de edad, el 22 de febrero de 1997, en Edinburg. Ramírez Cárdenas no emitió una última declaración momentos antes de morir.
En vez de ello, entregó una nota escrita a las autoridades carcelarias para que se distribuyera a la prensa. En la declaración, escrita a mano, el guanajuatense reiteró su inocencia al señalar: “No lo haré y no puedo pedir disculpas por el crimen de alguien más , pero, regresaré por justicia. Ustedes pueden contar con eso”. Tras la ejecución, el cuerpo de Ramírez Cárdenas fue recogido por una funeraria en Huntsville y trasladado el jueves a Edinburg. Ramírez Cárdenas se convirtió en el undécimo mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos desde 1976, cuando se restauró la aplicación de la pena capital en este país. Su ejecución procedió, a pesar de los múltiples esfuerzos promovidos por México para frenar la aplicación de la sentencia. AGENCIAS, LINEA POLITICA, 10-11-17.