“(…) Cuando fui dirigente y se iban a postular candidatos, hacia yo una solicitud en aquel entonces a la Procuraduría General de la República y a todas las instancias pidiendo antecedentes de candidatos, yo creo que eso todavía lo hacen los partidos”.
¿De quien cree usted que es la declaración? No, no es de ningún ex dirigente del PRI o del PAN y ni pensar en alguien del PVEM, el PT o MC. ¡Nooo!
Lo dijo hace unos días el licenciado presidente Andrés Manuel López Obrador.
Dizque practicaba ese filtro cuando fue dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática y palomeaba las listas de candidatos.
Lo dijo en la respuesta a pregunta relacionada con un personaje operador de la demócrata y excelente oradora Claudia Sheinbaum, en la Costa chica del estado de Guerrero, que estuvo en prisión y liberado por aquellas extrañas prácticas en regiones de México donde, parafraseando a José Alfredo Jiménez, la vida no vale nada.
Por eso, vale preguntar un par de casos:
¿Votaría usted para gobernador de Puebla por el otrora priista distinguido Moisés Ignacio Mier Velazco, quien dice no haberse titulado en la licenciatura de administración y contaduría porque consideró que era un fraude?
¡Ah!, pero como coordinador de los diputados federales de Morena, hoy atiende, defiende y justifica dictados enviados de Palacio, sin quitarles una coma. ¡Total!, para esa tarea no se necesita título; se requiere de ciertas virtudes medio pecaminosas. Usted lo sabe.
Y, bueno, ¿entregaría usted su voto a favor del doctor Hugo López-Gatell Ramírez, hasta hace poco subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud?
El doctor dice que duerme con la conciencia tranquila. Admite que por la pandemia de Covid, de cuyo control fue responsable, murieron en México más de 700 mil personas y no las 60 mil de su “escenario catastrófico”.
Por si no lo sabía, López-Gatell quiere ser jefe de Gobierno de la Ciudad de México; es buenazo para la retórica y cree que los capitalinos admiten sin chistar sus disertaciones.
En ese tenor, van otras preguntas.
¿Conoce usted a los y las patriotas que –algunas y algunos en el ejercicio del cargo legislativo incluso– pretenden sacrificarse en busca de cargos de elección popular en 2024?
¿Y cuál es la estrategia personal de estos demócratas para congraciarse con quien decide y palomea nombres en las largas listas de aspirantes?
Bueno, bueno…
Hay muchos y muchas que consideran que el rubor vale lo que se le unta al queso. A la pizca del poder, incluso las sobras que implican por lo menos asumir cargo de mandadero con curul o escaño en el Congreso de la Unión.
Ahí tiene usted el caso del diputado federal Rommel Pacheco Marrufo que primero le levantó el brazo a Xóchitl Gálvez y luego a la súper oradora Claudia Sheinbaum.
Rommel, como panista soñó ser gobernador de Yucatán pero, convencido –no se ría, porfis—de que su futuro estaba en Morena, perdió el asquito y se volvió Moreno.
¡Ay, señoras y señores!
Ahí tiene usted a Mariela Gutiérrez Escalante, alcaldesa morenista de Tecamac, Estado de México, quien argumentó que públicamente besó la siniestra del licenciado López Obrador “porque el señor presidente es una persona a quien yo respeto y quiero mucho”.
¡Recáspita, Alfredodelmazo!
Abierta la temporada de caza. Uno para todos, todos para mí, en ejercicio del poder omnímodo que, desde Palacio, dicta presente, pasado y futuro de los mexicanos.
Y desde ahí, como centro de las decisiones sustentadas en caprichos, sueños de opio, Ahí va la estrategia en caza de votos y la venta de espejitos, en la carrera rumbo al domingo 2 de junio de 2024
Usted sabe cómo es esto de las nominaciones y cómo se les eleva hasta el Olimpo y corren el riesgo de ser descalificados y descalificadas de fea manera por actos propios, pecados no confesados, o simplemente porque cayeron de la gracia del dueño del poder.
Así la estrategia, burda y consistente de tiempo ha, que opera encuestas y decide cómo descarrilar al incómodo opositor, o incómoda como ocurre en los tiempos que transitan en esta carrera que pretende dar por sentado, ocho meses antes, que la candidata oficialista ya ganó.
Y en ese ánimo pervertido desestimula al potencial elector, retornándolo a aquellos tiempos ¿para qué votar si ya ganó el PRI?
Pero…
También usted lo sabe porque es público desde que el PRI es PRI y el PAN, PAN o Morena es Morena movimiento parido de entre el desmantelamiento del Perredé y de aquellos que ya no se sintieron tricolores o de plano traicionaron, cual debe, al partidazo que dejó de incluirlos en la tómbola de los elegidos.
Y veamos cómo personajes de distinto rango, como don Nacho Mier que quiere ser gobernador de Puebla y su currículum no cita pasajes de asuntos en los que, como prohombre del priismo poblano, estuvo involucrado y menos cuando colaborador en el gobierno del ínclito Mario Marín.
¡Qué bonitos tiempos! Sí, aquellos en los que andaba por territorio poblano sin despeinarse los bucles, Nacho Mier, hoy distinguido con la amistad de Su Alteza Serenísima, a quien no se le ha visto estrechar la siniestra del senador Alejandro Armenta Mier, oriundo de Izúcar de Matamoros primo de Nacho y que también quiere ser gober de Puebla.
Pero qué opina el licenciado López Obrador de aquellos que no pasarían la prueba del detector de mentiras y cuyos expedientes personales probablemente tiene en su escritorio don Pablo Gómez y Álvarez, jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera.
En la mañanera, como le referí, un colega le expuso el caso registrado en Tlapa, Guerrero, donde Marco Antonio García Morales, autor intelectual del asesinato del defensor de derechos humanos Arnulfo Cerón, el 29 de agosto fue absuelto y es el principal promotor de la campaña de la distinguida oradora Claudia Sheinbaum.
–No puedo yo meterme a esas cosas –respondió el licenciado Andrés Manuel.
–Pero –agregó–, ya es muy difícil que una gente con malos antecedentes… No estoy haciendo un juicio sumario, no estoy acusando a nadie, sólo comentando que, si hay una gente con malos antecedentes, de mala fama pública, ya no puede participar, y no porque se los impidan”.
Usted ya sabe cómo es el licenciado. Y, en 2012, no cuestionó la candidatura de José Luis Abarca Velázquez, quien fue elegido alcalde de Iguala, Guerrero, para el periodo 2012-2014. Hoy está en prisión, acusado de la autoría intelectual del asesinato de los estudiantes de Ayotzinapa.
–¿López Obrador tuvo alguna responsabilidad?, preguntó el colega Víctor Chávez reportero de El Financiero a Zambrano, en entrevista el 21 de septiembre de 2015.
–Por supuesto –respondió Zambrano–. López Obrador tuvo conocimiento y eso es público y notorio. A él le entregaron los expedientes y no dijo nada, evadió el caso y dijo que a él no le tocaba resolver ese asunto, pero apoyó a quienes postularon a Abarca, porque querían una parte del PRD en Iguala y en Guerrero. Claro que tuvo conocimiento de la situación.
O sea, ¿recórcholis, Drakko! Digo
LE PLATICO. Fíjese que la senadora Ana Lilia Rivera participará en la 9ª Cumbre de los Presidentes de Parlamentos del G20. Por eso viajó a Nueva Delhi, India, donde a partir de mañana viernes 13 y el sábado14 de octubre se celebrará este encuentro al que asiste como presidenta de la Mesa Directiva del Senado y representante de México.
La senadora tlaxcalteca compartirá la experiencia legislativa de México en torno al cuidado del medio ambiente y las medidas para abatir las desigualdades. La Cumbre será inaugurada por el primer ministro de la India, Narendra Modi; previamente, hoy jueves 12 de octubre, se celebrará el Foro Parlamentario sobre Estilo de Vida para el Desarrollo Sostenible. Conste.
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