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Puebla y Atlas correspondieron con la expectativa para regalar un 1-1 que se cerró con una pintura de Guillermo Martínez, quien con una descomunal chilena desató la locura en el Estadio Cuauhtémoc. Cuando se pensaba que los rojinegros sacarían el resultado en un durísimo partido, ya en la reposición, el delantero se alzó en el centro del área para conectar con su diestra para dejar una igualada que dejo clara la paridad entre dos de los mejores equipos del torneo. Primera parte de pocas emociones Al ser dos de los equipos que mejor se defienden en la Liga MX, el encuentro resultó equilibrado en la primera mitad, lo que llevó a que las opciones de gol fueran contadas; en el lapso solo hubo una acción importante que fue bien enfriada por Camilo Vargas. En ella, al minuto 17, Federico Mancuello lanzó un gran pase desde la medular a Gustavo Ferrareis, quien se acomodó a su diestra para cruzar el balón, aunque el portero colombiano estaba listo para evitar el tanto.

Como sucede desde que llegó Diego Cocca, el equipo campeón no perdió el orden, emparejó el partido y tuvo un tenue intento en un centro que no pudo rematar bien Diego Barbosa, para ponerle así la guinda a unos 45 minutos intensos, pero de poco futbol. Explotó la segunda parte Reiniciado el partido, las sensaciones mejoraron gracias a una Franja más arrojada, que incluso pudo marcar con un gran gol de Israel Reyes que fue anulado por una falta previa sobre Édgar Zaldívar. El seleccionado nacional había tomado el balón en el centro del campo, se perfiló y sacó un riflazo que se coló en el ángulo superior derecho del arco defendido por Camilo Vargas, pero la jugada fue revisada por el VAR para que se marcara la falta. Enseguida, el equipo rojinegro se animó para ir a buscar su tanto y estuvo cerca de lograrlo con un penal que se gestó por una mano de Juan Segovia, pero Julio Furch lo desperdició al cobrar por el centro, directo a los pies de Antony Silva

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