ESTIRA Y AFLOJA
El Plan de apertura covid-19, anunciado ayer por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya fue reconocido por todos los sectores como un elemento de avance para enfrentar lo que viene. Un elemento de gran importancia es la implementación de protocolos sanitarios para los trabajadores y filtros de ingresos, desinfección e higiene del espacio laboral.
No es cualquier cosa. Los gobiernos federal, estatal y municipal tendrán que decidir las formas del regreso paulatino a la normalidad, con los riesgos sociales que esto traerá consigo. En países como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, entre otros, que han aligerado las restricciones de movilidad al tiempo que buscan evitar el resurgimiento de la transmisión del virus, ya han vivido incidentes de la población con la policía por no cumplir las medidas de distanciamiento o por no usar mascarillas, y en centros laborales o restaurantes no se han podido evitar enfrentamientos o fuertes altercados, como ha reportado el Centro de Seguridad Sanitaria Johns Hopkins.
Hay que tomarlo en cuenta, porque en muchas ocasiones éstos se han debido a que no es obligatorio aquí pero allá sí el uso de cubrebocas ni la sana distancia física, y por la ausencia de criterios generales que deben aplicarse en todas las empresas. Carlos Salazar, presidente del CCE, en su reunión virtual con senadores y otros dirigentes empresariales comentó que “si queremos regresar con tranquilidad, hay que estimular una mayor cantidad de pruebas. Necesitamos que los trabajadores que lleguen a un centro de trabajo, sepan que no pueden contagiar a su prójimo, o que el prójimo no esté con el temor de que pueda haber alguna persona asintomática al lado de él y que lo puede contagiar y, a su vez, él llevar el contagio a las familias”.
Realmente esto será difícil, y por eso se debe exhortar a la población a cumplir con lo que determinen los gobernantes que, ojalá, sea igual en todas partes para que no existan dudas ni pretextos para generar violencia social o laboral innecesarias.
En este ambiente cobra importancia lo dicho ayer por el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome H. Powell, quien señaló que “hoy el virus plantea una nueva serie de preguntas: ¿con qué rapidez y sostenibilidad se controlará? ¿Se pueden evitar nuevos brotes a medida que se eliminan las medidas de distanciamiento social? ¿Cuánto tiempo tardará en volver la confianza y reanudar el gasto normal? ¿Y cuál será el alcance y el momento de nuevas terapias, pruebas o una vacuna? Las respuestas a estas preguntas contribuirán en gran medida a establecer el momento y el ritmo de la recuperación económica. Dado que las respuestas son actualmente desconocidas, las políticas deberán estar listas para abordar una gama de posibles resultados”.
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