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Carlos Madrazo, Manuel Clouthier, Ramón Martín Huerta, Juan Camilo Mouriño, Francisco Blake Mora, y ahora Martha Érika Alonso, Rafael Moreno Valle y muchos otros, son connotadas personas del mundo político mexicano que han muerto en accidentes dudosos.

El más sobresaliente por sus implicaciones trágicas es el de Carlos Madrazo, quien murió en un avión comercial de Mexicana de Aviación que viajaba de la Ciudad de México a Monterrey, Nuevo León. Todo mundo especuló que fue una bomba insertada en ese avión en donde murieron muchos pasajeros en ese vuelo comercial, que simplemente se desplomó antes de llegar a Monterrey. Y como en la mayoría de estos “accidentes”, se dieron explicaciones poco creíbles por lo inverosímil de las mismas.

En el último caso, del percance del matrimonio Moreno Valle, acontecido en la víspera de la Navidad en Puebla, se especula lo inverosímil de que un helicóptero de última generación se desplome repentinamente a escasos minutos de su despegue, sin haber mediado el menor aviso de peligro o de falla en su funcionamiento.

El elemento común que todos estos “accidentes” han tenido es que sucedieron con personas que tuvieron una relevante posición anti sistémica, y por las circunstancias por demás extrañas en las que sucedieron.

Esperemos que, en el reciente caso de Puebla, al estar involucradas en la investigación, tanto las autoridades de Puebla como las federales haya un balance en el resultado de las mismas que arroje conclusiones reales.

Si por resultado vemos que la PGR atrae el caso, dejando a las autoridades poblanas fuera de la investigación, se presentarán muchas suspicacias sobre la imparcialidad de la investigación. Por ello, más valdría que autoridades y peritos aeronáuticos internacionales imparciales se les diere una intervención clave en las indagatorias. La paz política de México lo necesita en estos momentos históricos cruciales.

Lo último que deseamos es que el nuevo gobierno de López Obrador se tiña de sangre o de dudas respecto de su proceder, por lo que es inminente que se tomen medidas que garanticen la absoluta imparcialidad en las investigaciones del caso.

Por motivo de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo muchos editorialistas nos encontramos con nuestras familias en esto días de asueto, pero me veo en la necesidad de escribir estas reflecciones y demandas que todos los ciudadanos de México queremos, más aún, los que estamos comprometidos por el bien común, la paz, tranquilidad y orden que necesitamos para el desarrollo de nuestro país.