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Antonio Ortega Martínez, diputado federal del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (GPPRD), y secretario de la Comisión de Hacienda de la actual legislatura, aseguró que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador –desesperado- mintió con las cifras de generación de empleo en los tres primeros meses de este año, para no caer más en su popularidad debido a las decisiones tomadas en materia económica.

López Obrador aseguró que en los tres primeros meses de 2019 fueron creados más de 269 mil empleos, cifra no vista en los últimos diez años durante un período similar; aunque –de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, en enero, febrero y marzo, los registros son a la baja, y tan solo en marzo la creación de empleo se desplomó 46 por ciento anual respecto al mismo mes del año pasado (siendo las mujeres el sector poblacional más afectado). Y este desplome se suma a los ocurridos en enero y febrero.

El legislador perredista destacó que “en su desesperación, López Obrador trata de confundir con los números; pero lo cierto es que ni la tendencia, ni el promedio, ni los dígitos del último trimestre, confirman su triunfalismo”.

¡Y no debería de extrañarnos, mucho menos al Presidente! Si el Fondo Monetario Internacional; la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos; el Banco Mundial; el Banco de México y las calificadoras más prestigiadas con presencia en nuestro país, confirman una desaceleración económica internacional; impactada también a nivel local por las equivocadas y erráticas decisiones políticas que han generado incertidumbre, desconfianza y dudas por parte de los capitalistas.

“Lamentablemente –citó- la realidad se impone al voluntarismo, al triunfalismo como síntoma de una confianza debilitada, y los especialistas plantean que la tendencia en la generación de empleos formales está a la baja, y la explicación es muy clara: No hay inversión pública ni privada; no hay certidumbre en el ambiente económico y, por lo tanto, se golpea claramente la confianza para los negocios y la creación de vacantes”.

Ortega Martínez expuso que “desde el punto de vista técnico, los números y los datos muestran muy claramente que la realidad gana al voluntarismo; y por el otro lado, que el Presidente empieza a perder la calma; la cordura intenta confundir; proporciona informes equivocados -en muchos casos- a sabiendas de que son mentiras, con el solo propósito de alentar la percepción de que resolverá los problemas”.

El también integrante del Comité de Ética mencionó que el Presidente empieza a caer en las preferencias porque la gente se da cuenta de que fueron más los arrebatos electorales -acompañados de promesas que no se pueden cumplir- los que hicieron crecer a López Obrador generando un ánimo de esperanza y confianza entre la población; pero –lamentablemente- la realidad las viene desbaratando y derrumbando.

“No tenemos ninguna duda: El Presidente sigue teniendo una respuesta favorable de los que votaron por él; pero se empieza a consolidar una tendencia de caída en las preferencias; y hago esta mención porque –en el tema del empleo- anunció con bombo y platillo que, desde hace diez años, no había un registro de empleo formal en el Seguro Social como el del primer trimestre de la gestión que él está encabezando; pero, además, reiteró la apuesta de que la economía crecería arriba del 2 por ciento este año, y mantiene su oferta de que el país crecerá en los próximos años, al 4 por ciento; aun cuando los especialistas lo han desmentido.

Antonio Ortega afirmó que, en los últimos días, López Obrador “ha mostrado un comportamiento reactivo, de mal humor, fastidio y hasta retador, lo cual confirma que empieza a registrar que -en las encuestas de opinión pública- tiene una tendencia de descenso muy clara”.

“El tono de las últimas conferencias mañaneras y las reacciones del Presidente, muestran claramente que ‘la calma del vencedor’ empieza a diluirse. Esa tranquilidad con la que reaccionaba a los cuestionamientos, a los problemas, empieza a desaparecer. El Presidente, está desesperado y engañó”, censuró finalmente el legislador federal.