No os indignéis por el adjetivo que no es peyorativo.
Usted sabe que el mexicanismo, en su mejor acepción se refiere a una persona experimentada y astuta, pero igual a la que es tenaz, eficiente. Vaya, muy cabrona en su profesión, sus tareas.
Y tal es el caso de una quinteta de diputadas federales del PRI, echadas para adelante, entronas, trabajadoras, propositivas , aire fresco para el partidazo que de pronto hace agua y aporta tema a quienes recurrentemente le pronostican etapa terminal.
Y mire usted, mientras en rumbos del Senado de la República se agotaba el tiempo de poder de Miguel Ángel Osorio Chong rumbo a su relevo en la coordinación de la bancada de los senadores del PRI, cuatro de las cinco diputadas federales que le refiero, se reunieron con colegas que cubren la fuente de la Cámara de Diputados.
La reunión fue en la llamada “pecera del amor”, bautizada así en tiempos en que la maestra Elba Esther Gordillo Morales, coordinadora entonces de la bancada del PRI, instruyó construir el enorme salón de juntas en el espacio que ocupa la fracción priista en la planta baja del edificio H del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Un punto toral en este grupo es la edad que no les incomoda se sepa. Unas muy jóvenes, otras no tanto pero las cinco fogueadas en la actividad política que las ha llevado a ocupar cargos públicos y directivos, de partido.
Son parte de esta inimaginable, en tiempos no muy lejanos, mayoría de mujeres en espacios reservados por y para los varones que debieron votar enmiendas constitucionales que derivaron en la paridad de género en cargos de elección popular en tanto se dirime la obligatoriedad en espacios de los tres niveles de gobierno.
Usted debe saber que la actual LXV Legislatura Federal en Cámara de Diputados se identifica como “La Legislatura de la Paridad, la Inclusión y la Diversidad”.
Pero, bueno, estaba con la reunión que fue un desayuno al que convidaron las diputadas Laura Lorena Haro Ramírez, Cristina Ruiz Sandoval, Fuensanta Guadalupe Guerrero Esquivel y Blanca María del Socorro Alcalá Ruiz. Faltó la diputada Sofía Carvajal Isunza, porque anda en tareas legislativas fuera del país.
Veamos.
Sin ánimo oficioso, hay que referir que fue una reunión de suyo interesante, sobre todo porque no es frecuente escuchar y dialogar con cuatro mujeres cuya profesión es la política, por supuesto con el respaldo de la especialidad que hayan cursado en las aulas universitarias y la experiencia, la experiencia que hoy las une en tareas de una agenda muy focalizada en temas como seguridad y procesos electorales.
Laura Haro, jalisciense con maestría en ciencias sociales, dirigente estatal del PRI Jalisco; Cristina Ruiz, abogada mexiquense con una maestría y dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares; Fuensanta Guerrero, zacatecana licenciada en Ciencia Política y Administración Pública, la más joven del grupo que, entre otros cargos, es dirigente nacional de la Red Juventud Popular del PRI.
Blanca Alcalá ha sido presidenta municipal de Puebla, senadora, embajadora de México en Colombia con una amplia cartera curricular en el servicio público federal y estatal; licenciada en Relaciones Internacionales y doctora en Administración Pública.
Y Sofía Carvajal Isunza, capitalina de profesión abogada con especialidad en Derecho de Familia en la Unidad de Posgrado de la UNAM; cuenta con un Diplomado en Derecho Tributario y otro en Ideas e Instituciones Mexicanas en el Instituto Tecnológico Autónomo De México (ITAM), y además un Diplomado en Derecho Procesal Civil y Mercantil en la Universidad de Estudios de Posgrado en Derecho. Es vicepresidenta de la COPPPAL y Presidenta de la Fundación Gustavo Carvajal Moreno, mensajero de la paz, además ha ocupado varios cargos en el CEN del PRI.
Bien.
En la reunión cada una expuso las tareas de la agenda legislativa que, por supuesto, en este momento se centra en los procesos electorales del Estado de México y de Coahuila.
Puntualizan lo que las concentraciones en el Zócalo y la propaganda divulgada desde la mañanera en Palacio Nacional no pueden ocultar: el hartazgo que priva en buena parte de la sociedad mexicana con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
–¿Y qué hay que hacer para enfrentar a este gobernó?—preguntó una colega.
–¡Echarlos del poder!—respondió de inmediato Cristina Ruiz.
Y Fuensanta Guerrero urge a la solidaridad para encontrar a los desaparecidos en su estado natal, Zacatecas. Y considera que la desaparición de poderes en la entidad no es solución al grave, gravísimo, problema de inseguridad.
Así, a la pregunta de qué hacer para blindar a las elecciones del Estado de México y de Coahuila y que el crimen organizado no influya en la orientación del voto a favor de la candidata y el candidato de Morena y aliados, como ocurrió en 2021 en las elecciones intermedias, especialmente en estados como Nayarit y Sinaloa, responden que precisamente esa es la tarea que corresponde al gobierno federal: garantizar seguridad.
Blanca Alcalá aporta la experiencia y considera que, rumbo a la elección presidencial de 2024, no se romperá la alianza con el PAM y el PRD; el bloque, coincide con Cristina Ruiz, se mantendrá por encima de las discrepancias que hay en la bancada del PRI en el Senado.
Evitan involucrarse en este diferendo que, por la mañana de ayer miércoles, ya avistaba que Osorio Chong dejaría la coordinación de la bancada senatorial priista.
Pero, pregunta Laura Haro, ¿qué representa Osorio Chong? Y, en efecto, sus bonos llegaron al nivel de crisis, tanto que finalmente decidió abandonar el salón en el que se reunieron los 13 senadores del PRI.
Osorio Chong tiró la toalla, evitó ser defenestrado y se victimizó. ¡Canijo Manuel Añorve Baños! “Este personaje”, lo califica el hidalguense y olvida la jugarreta que le corrió cuando lo hizo quedar mal el día que llevó a Alejandro Moreno a la reunión plenaria en el Senado y se salió del salón dizque porque el acuerdo había sido que Alito llegara al final de la reunión.
Las pataletas del ex todo poderoso secretario de Gobernación que aspiró y se quedó con las ganas de ser, por lo menos, candidato presidencial.
Quizá por eso, porque lo conocen de sobra, las diputadas Haro, Alcalá, Guerrero y Ruiz evitaron opinar. Ellas a lo suyo y lo suyo es una agenda con olor y sabor a campaña.
Espero no se vayan a molestar las buenas conciencias ni suene mal, pero ustedes, les dije, son diputadas cabronas. Y qué bueno, hace falta ese impulso renovado en el PRI, en la praxis política que no desprecia ni se asume dueña del poder que dura seis años.
Sonrieron, francamente coincidentes con el adjetivo que no es peyorativo ni tiene nada que ver con quienes, desde la acera de enfrente las insultan, ¿A poco no? Digo.
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