En ambos equipos hay confusión.
Ni en el de Claudia Sheinbaum ni en el de Xóchitl Gálvez sienten una línea normativa para una estrategia cierta rumbo al 2 de junio.
Comencemos con la candidata del gobierno.
Aunque en un principio se habló de dos corcholatas derrotadas como coordinadoras, Adán Augusto López y Ricardo Monreal –Marcelo Ebrard era el rebelde-, al final no fue ninguno o tienen papeles colaterales.
Después ha habido cambios y, se supone, es el dirigente morenista Mario Delgado quien se encarga de llevar a la victoria un proyecto no siempre con avances y certidumbres.
Tras la postulación, poco a poco se posicionó el exrector de la UNAM y exembajador Juan Ramón de la Fuente, cuya inteligencia destacaría por la redacción de un gran proyecto sexenal.
Hoy no se le ve en la organización de foros y concitador de apoyos, papel asumido de manera discreta pero efectiva por el exbarzonista Alfonso Ramírez Cuéllar.
A LA CAZA DE LA INICIATIVA
En el otro frente también hay dudas.
Tras ser ungida, Xóchitl Gálvez anunció a Santiago Creel como su coordinador general, pero en plena precampaña se fue de vacaciones transatlánticas y el barco quedó sin capitán.
Él manejaría agenda, reuniones y giras mientras José Ángel Gurría diseñaba el parto de los montes en coordinación con otros cuadros de fama como Carlos Manuel Urzúa, José Antonio Meade y muchos más.
En ausencia de Creel se posicionó un político de gran perfil y mucho conocimiento, Enrique de la Madrid Cordero, pero lo han regresado a un papel discreto cuando la candidata presidencial debe ganar la iniciativa.
¿Por qué estas confusiones en ambos grupos?
En el gubernamental se entiende: donde manda Presidente no gobierna candidata, pero Gálvez debe tomar la iniciativa y capitalizar lo logrado el fin de semana: la interlocución con Andrés Manuel López Obrador.
Él acepta difundir la contaminación causada por las refinerías de Cadereyta y Ciudad Madero, lo cual es un triunfo político para iniciar un debate de altura, digno de una campaña presidencial.
EL SEGUNDO AYOTZINAPA
1.- Evelyn Salgado ha asumido un reto: evitar un segundo Ayotzinapa.
El primero fue el de septiembre de 2014 cuando detuvieron y desaparecieron a varios normalistas, de los cuales no han aparecido 43 y el presidente López Obrador prometió a sus familiares presentarlos con vida.
No se sabe de ellos por desatención del gobierno y una investigación cuestionada por todos, pero el asesinato del fin de semana del normalista Yanqui Rothan Gómez Peralta debe aclararse plenamente.
Los ojos de la nación están puestos en los avances y, lo más importante, de una investigación y un proceso impecables dependerá evitar una rebelión, otra más.
Con Evelyn tiene la palabra el fiscal Alejandro Gertz Manero… con una acotación: nadie ha desacreditado con pruebas la verdad histórica de Jesús Murillo Karam, injustamente encarcelado.
Y 2.- ¿Qué pasó en Querétaro?
El candidato Santiago Nieto, extitular de la UIF, organizó la gira de Claudia Sheinbaum y prometió un acto apoteósico.
Pero, oh desilusión de la aspirante presidencial, a donde debía haber 12 mil sólo acudieron mil 500 y ella es de pocas pulgas o mecha corta, como se dice de Felipe Calderón.
Por eso personal de su mayor confianza se encargará de los próximos recorridos de Sheinbaum.
@urenajose1