Un error está a punto de regresar a prisión a Mario Villanueva.
La justicia (¿?) ha sido extrema con él desde abril de 1999, cuando abandonó la gubernatura de Quintana Roo sin entregarla a su sucesor, Joaquín Hendricks.
¿Por qué las dudas?
Sus procesos han estado plagados de errores y abusos, como encontró el juez de Manhattan Victor Barrero en su proceso de extradición.
Sus problemas derivaron del enfrentamiento con Ernesto Zedillo.
Vaya un testimonio personal:
Villanueva desapareció el 2 de abril de 1999 para eludir la orden de aprehensión federal por supuestas ligas con el narcotráfico, enriquecimiento ilícito y al menos 12 cargos más.
Justo ese día, viernes 2 de abril, lo encontré en compañía de su esposa Isabel Tenorio, su hijo Mario Villanueva Tenorio y la novia de éste.
-¿Con quién comes? -me preguntó semioculto en una mesa del segundo piso, en una esquina del restaurante Cambalache de la calle Arquímedes, en Polanco.
-Creo que me dejaron plantado -mentí.
-Pues siéntate aquí con nosotros… A ver, Mario – le dijo a su hijo -, cámbiate a aquella mesa.
EL ENOJO DE ZEDILLO
Quedamos solos los tres: Mario Villanueva Madrid, la señora Isabel Tenorio y yo.
Tras frases amables, entré en el tema:
-¿Listo para entregar el poder a Joaquín Hendricks?
-Sí, él ganó. Dejó en el camino a Jorge Polanco y a Addy Joaquín Coldwell… Creí que Zedillo (Ernesto, a quien no llamó Presidente) la escogería a ella. Es un fenómeno.
-El Presidente está furioso con usted -le dije más adelante.
-Sí… Puras venganzas. No me perdona que le haya quitado negocios a su familia. Construyeron miles de casas sin cumplir los requisitos de ley…
-Él le atribuye otros delitos: narcotráfico en modalidad de prestar el estado de Quintana Roo para llevar droga de Centro y Sudamérica a Estados Unidos…
-Eso no es cierto. A mí me pueden acusar de muchos delitos, pero no de ese. Muchos no están de acuerdo con mi Gobierno y por eso las venganzas…
No quiso hablar más.
Pagó, nos despedimos y volví a saber de él cuando fue detenido en el poblado Alfredo V. Bonfil junto con Ramiro de la Rosa, famoso por su combatividad en el PRI a través de la corriente Democracia 2000.
MARA NO HA CEDIDO
Tras decenios de reclusión, Mario Villanueva Madrid no ve el fin de su tortura.
Por su edad y su enfermedad, el exgobernador Carlos Joaquín le concedió la prisión domiciliaria y él escogió su famoso rancho El Mostrenco para atender amigos y a medios.
Y precisamente estas declaraciones lo tienen ahora en problemas.
Se lanzó contra Carlos Joaquín y por lo visto no tiene amistad con la gobernadora Mara Lezama, porque ella se resiste a permitirle purgar la condena en su casa.
Sólo ella y nadie más tiene la llave bondadosa para abrir la puerta de la tranquilidad a este anciano de 74 años y salud feble.
Como anécdota quedará su apoyo a la candidatura de López Obrador, pues puso su popularidad y la de su hijo -mantiene las simpatías tras ganar la gubernatura con 93% de los votos-, y ese apoyo fue factor para su prisión domiciliaria en veremos.