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¿Sabes cuánto cuesta un kilo de limón el día de hoy? Su precio lo definen muchos factores y, para que te eches este trompo a la uña, la extorsión del crimen organizado a los productores limoneros también la pagas tú o más bien la pagamos todos.
Es un negocio muy jugoso, pero muy amargo.
A nivel mundial, México es uno de los principales productores y exportadores de diferentes variedades como el limón con semilla, el persa y el italiano.
Exporta un promedio de 749 mil toneladas al año y se consolida como el segundo productor y exportador mundial de limones y limas.
En el ámbito nacional, al menos cuatro estados son líderes en producción: Michoacán y Veracruz, seguidos por Colima y Oaxaca.
¿Y cómo gira la pirinola para definir el costo del precio del limón? Se define por el clima, costos de transporte y logística, producción, especulación e inseguridad en zonas productoras.
Sí, ahí directamente en los campos. En el caso de Michoacán, los productores enfrentan problemas de extorsión, cobro de piso, violencia y asesinatos lo que incrementa el precio.
Y cuando el costo del fruto ácido del limonero sube, afecta el consumo familiar y hasta el precio de un jugo o un taco que se consume en la calle.
Así, lo que era un ingrediente básico en la dieta de los mexicanos, se volvió un producto de lujo en algunas temporadas. En la pasada cuaresma, la Profeco registró precios de 33 a 70 pesos. En el primer trimestre de 2022 llegó a costar hasta 100 pesos un kilo.
Se sabe que son siete los grupos criminales que se disputan el control de la producción y extorsión y ni el despliegue de fuerzas federales o las llamadas autodefensas creadas en 2013 los intimida.
Michoacán ha sido gobernado por el PRI, el PRD y actualmente Morena, pero ninguno de sus gobernadores, ni presidentes de la República han logrado frenar la violencia en los campos limoneros.
Ahí están Los Blancos de Troya, Los Caballeros Templarios, el Cártel de Zucuirán, el Cartel Jalisco Nueva Generación, Cártel de la Virgen, Cártel de Tepalcatepec y Los Viagras.
A ese último grupo se le atribuye el asesinato del presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, Bernardo Bravo Manríquez, así como el homicidio de Hipólito Mora.
En septiembre pasado, Los Viagras aumentaron el cobro de la extorsión. Pasó de dos a cuatro pesos por kilo del cítrico lo que ya era insostenible para los citricultores.
Pero quien denuncia y se niega a la extorsión es asesinado. Antes de Bernardo hubo otras muertes de productores. Ramón Paz Salinas, Rogelio Escobedo y José Luis Aguinaga.
Los citricultores michoacanos han resistido, como han podido, el embate del crimen organizado que gira como trompo sin freno.
Pero si las autoridades federales y estatales no detienen la violencia, se corre el grave riesgo de que los productores abandonen los campos y el limón quede totalmente en manos de la delincuencia.
Y al final de esta cadena, el consumidor seguirá pagando la extorsión y no habrá limón ni pa’ un taco.
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