MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN, ¿Cuánto cuesta la vida de un minero?
¿Cuatro millones de pesos? ¿Un memorial y el olvido? O…
¿Un discurso salpicado de demagogia por el Duce temeroso de ir directo al basurero de la historia?
Pero, caray, son ingratos y politiqueros familiares de los 10 mineros sepultados en la mina El Pinabete, allá en San Juan Sabinas, Coahuila, desde el pasado miércoles 3 de agosto de 2022.
¿Lo serán también viudas y deudos de los 63 mineros sepultados en la mina Pasta de Conchos, desde las dos y media de la madrugada del 19 de febrero de 2006, que fueron silenciados con dinero y la promesa del rescate de los cuerpos y un memorial?
Y esperan se cumpla la promesa presidencial el año próximo, 2023, justo cuando arranque el año electoral, formalmente y con toda las de la ley, la carrera por la Presidencia de la República-
¿Pero, por qué ingratos?
Bueno, a la exigencia de renuncia, por negligente, de la licenciada en historiadora y arte en funciones de coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, Su Alteza Serenísima la califica de politiquería.
Y luego les mandó negociadores para transar una tregua. Ingratos por exigir justicia y llorar a sus muertos. “Aunque sea que nos entreguen sus huesitos para enterrarlos y rezarles”, dijo una mujer familiar del minero cuyos restos podrían ser rescatados el año que entra.
¿Y?
¡Felicidades, Su Alteza Serenísima! ¿Qué le depara el destino? Fama y gloria y…
Bueno, bueno.
Felicidades porque no todos los días se llega al cuarto informe de gobierno, el legal, el de deveritas no el de la mascarada y las cifras alegres y el relumbrón frente a invitados especiales dispuestos a la genuflexión y el aplauso fácil.
¡Ah!, por supuesto, Andrés Manuel I no es igual a nadie. Es pieza única de convicciones que lindan entre la mentira y la fantasía, virtudes que usted puede confirmar en vivo y a todo color en la homilía de la mañanera, de lunes a viernes desde el púlpito del Salón de la Tesorería en el meritito Palacio Nacional.
¿A poco no? Lea usted por favor el mensaje del licenciado presidente.
“Va la transformación. Se va a acabar la corrupción, se va a acabar la impunidad. No va a ser fácil, ya estamos viendo, porque hay intereses creados. Estaban muy mal acostumbrados, ellos eran los dueños de México, se sentían los amos y señores del país. Ya no.
“Y no les voy a faltar al respeto, siempre vamos a buscar el entendimiento, pero ya esa política de saqueo antipopular, entreguista, se acaba.
“Imagínense venir de tantos años de lucha para terminar como un mediocre, uno más, que yo me vaya a la historia, pero como se han ido muchos: al basurero de la historia. No”, dijo escamado Andrés Manuel I en la mañanera del 7 de mayo de 2019, cinco meses apenas después de haberse instalado como dueño del poder y de Palacio Nacional, cuando se integraba, formalmente la barra mercenaria de sedicentes periodistas.
Terror al basurero de la historia.
Pero, dígame usted, qué destino puede tener alguien que miente como respira y, para protegerse en el uso libre de miles de millones de pesos, determina que toda obra pública sea elevada a rango de “interés nacional”.
O se hace que la virgen le habla frente a pillerías de sus colaboradores, omisiones y francamente procedimientos ilegales en el desempeño del cargo que asumieron bajo protesta de cumplir conforme disponen las leyes y ordenamientos para los servidores públicos. Por eso, por eso…
¿Y la autoridad laboral? ¿Dónde anda la señorita Luisa María Alcalde Luján que cobra la quincena como secretaria del Trabajo y Previsión Social? ¿Qué hay de los inspectores del Instituto Mexicano del Seguro Social?
Mire usted. La inspección de seguridad e higiene del trabajo, que se presume a cargo de trabajadores de la STyPS, es decir, empleados bajo las órdenes de la señorita Alcalde Luján, se realizan sólo cuando se solicitan.
En serio, en serio, no se ría.
Es un asunto que suena a tragedia previsible, elemental por el tipo de terreno bajo cuya superficie se juegan la vida por pagos miserables, miles de mineros muchos de ellos casi niños en aquella zona carbonífera del estado de Coahuila.
¿Sabía usted que la explosión de gas metano en la mina Pasta de Conchos, ocurrida el 19 de febrero de 2006, pudo ser evitada porque desde el año 2000, tuvo reportes de fallas de seguridad e incluso el 12 de julio de 2004 se reportaron 43 violaciones directas a la norma de segurida0 y se ordenaron 48 medidas, la mayoría con el carácter de urgentes.
Peeero.
La autoridad laboral, es decir, los inspectores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (a) STyPS, omitieron supervisar que se subsanaran esas fallas, tanto que el entonces ombudsman de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (a) CNDH, Luis Raúl González Pérez en la Recomendación 26/2006 manifestó, de acuerdo con archivos:
“(…) los servidores públicos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social toleraron que la referida empresa funcionara en condiciones que no garantizaban íntegramente la salud y la vida de los trabajadores”, determinó la CNDH cuyo presidente, Luis Raúl González Pérez, fue perseguido y linchado desde el púlpito de Palacio por Su Alteza Serenísima.
¿Hará lo propio la señora Rosario Piedra Ibarra, actual ombudsperson de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos., elegida en una desaseada sesión por el pleno del Senado de la República?
Tiene razón el licenciado presidente Andrés Manuel I, no se parece a los de antes ni su gabinetazo a los canijos priistas que respetaban, aunque fuera a regañadientes, las recomendaciones de la CNDH y los fallos de autoridades jurisdiccionales.
Nunca la hicieron de tos cuando perdieron la Presidencia de la República en el año 2000 ni en 2018; no cerraron avenida ni se plantaron en el Paseo de la Reforma ni mucho menos José Antonio Meade se auto proclamó “presidente legítimo”, tampoco salió el culto Enrique Peña Nieto a descalificar y estigmatizar a periodistas incómodos y autoridades de organismos autónomos.
Nooo. No se parecen.
Dicen los que saben, que la oposición partidista ya se tardó en dar color mientras el equipazo del licenciado presidente tiene corcholatas de diversa catadura con hartas ganas de sucederle en el cargo.
“Morena les va a dar en la madre en 2024 y ganará la Presidencia de la República”, dicen los expertos en política y elecciones.
Y luego, cuando como por coincidencia, aparece el resultado de una encuesta levantada por un par de encuestadoras de apariencia inmaculada, Su Alteza Serenísima se alza el cuello y, con el pecho henchido, porque no es bodega, presume como el más chingón de la pradera.
¿Usted le cree a las encuestas?
Bueno, oxigenado por esa medición que lo ubica arriba de 70% de aceptación entre ciudadanos jóvenes y adultos mayores, el licenciado presidente anda como pavorreal y sus huestes en el Congreso han prometido dejar la zalea de ser posible para aprobar la iniciativa preferente que enviará el 1 de septiembre al inicio del periodo ordinario de sesiones, en materia de la Guardia Nacional.
El caso es que, como dicen los clásicos, se trata de la foto instantánea, del momento, y en forma alguna puede considerarse como la última palabra indicativa de los mexicanos en edad de votar.
Sí, El Duce engañó a deudos de mineros de El Pinabete y ha toreado a los de Pasta de Conchos y se solaza por la ausencia de candidato presidencial de la oposición. Y de aquí en adelante, Su Alteza Serenísima buscará laureles ceñidos a las sienes.
Porque tiene miedo al basurero de la historia. ¿A poco no? Digo.
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