Nótese que en el título de este artículo no uso la palabra “oposición”, tampoco uso la palabra “alternativa”, sino uso el término “opción”, para describir lo que podemos tener en el país distinto al actual régimen.
El vocablo “oposición”, que es el mas socorrido no lo utilizo porque conlleva una connotación negativa en sí mismo, como fuerza que va en contra de algo. Eso lleva a la gente a asumir una posición defensiva.
La expresión de “alternativa” no la uso porque ha sido choteada por nuestro actual presidente al andar encampañado por sendos años ofreciendo “una nueva alternativa de nación”, y creo que es inadecuado meterse en la neurolingüística del actual régimen.
Así que lo mejor es usar la palabra opción para describir hacia dónde se puede dirigir el país ante lo que ofrece el presidente, Morena y sus aliados.
Ahora bien, ¿cuál es el mejor perfil que una persona debe tener para ser el abanderado de la opción?
Necesitamos el reverso de la medalla de nuestro actual presidente, es necesario tener a un personaje que se caracterice por lo siguiente:
• Ser una persona clasemediera con educación superior de excelencia.
• Tener su escala de valores bien asentada en lo que la mayoría de los mexicanos consideramos bueno conforme a nuestra cultura: el trabajo arduo y honesto, el amor y respeto a los demás, tener a la familia en el centro de las consideraciones en la vida, creer en la libertad y en el desarrollo de nuestras capacidades individuales, ser alegres, felices y disfrutar de nuestra tierra, paisajes, alimentos y diversidad cultural.
• Tener buenos antecedentes de labores comunitarias, desempeño de excelencia en puestos públicos ocupados. Ser reconocido por todos en su población local.
• No tener mancha alguna, tanto en el desempeño de sus labores privadas profesionales como en el desempeño de los puestos públicos ocupados.
• Ser reconocido, por siempre apegarse a la verdad y al cumplimiento de su palabra y compromisos, tanto privados, como en el desempeño de sus labores gubernamentales.
• Ser sencillo en la forma de expresarse, pero tener amplios conocimientos de la geopolítica en donde México se encuentra inmerso y ser capaz de tener conversaciones de alto nivel para representar dignamente a México en el escenario internacional.
• Con una profunda convicción de lo que significa el orden y guardar estrictamente el Estado de Derecho.
• Tener una fuerte convicción humanista y sensibilidad para comprender los problemas nacionales y hacerse asesorar de personas de la más alta capacidad para tener diversos planteamientos de solución que le den distintos caminos a seguir, pero con capacidad de rectificar el rumbo cuando se reconozca errado o se encuentren mejores opciones de solución.
• Ser un patriota de convicción, pero sin fanatismos trasnochados, con los pies bien puestos en la tierra para representar a nuestro país con dignidad y excelencia.
Me van a decir que esa persona que describo es una utopía inexistente. Sin embargo, creo firmemente que tenemos en nuestro país hombres y mujeres que pueden dar el ancho en esta descripción, pero lo que nos ha sucedido es que, en el desenvolvimiento de la política en nuestro país, las dirigencias partidistas y los zares de la política han impedido su desarrollo y participación.
Aquí y ahora estamos en el momento preciso de abrir las compuertas de la ciudadanía militantes y no-militantes de los partidos políticos, para que en un ejercicio democrático de elecciones abiertas y libres de manipulación, la opción en México postule la candidatura adecuada para darnos a los ciudadanos esa opción que todos estamos buscando, que no continúe con el desastre de gobierno que tenemos, sin regresar a lo que teníamos, pero que nos de la opción adecuada para que empecemos realmente a trabajar para el anhelado logro del bien común.