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Los famosos programas sociales son el centro de la discusión política promovida por el actual régimen que quiere reelegirse a través de la testaferro Claudia, que repite y repite la cantaleta de que la oposición no garantiza la permanencia de los programas sociales.

Sí, el apoyo a los necesitados es esencial para que tengan una vida digna, ahora, inclusive el presidente quiere presentar una iniciativa para elevar a nivel constitucional los apoyos a los discapacitados.

No creo que la oposición se oponga a lo anterior. Xóchitl Gálvez manifiesta constantemente que ella como senadora votó en favor de elevar los programas sociales a rango constitucional.

Sin embargo, debemos de analizar detenidamente que la función del gobierno para ofrecer bien común no consiste en convertirse en una especie de Santo Clos que debe dar y dar dinero. La función del gobierno para brindarnos el bien común es el darnos las condiciones necesarias para nuestro desarrollo personal.

De esta manera, podemos manifestar que el mejor programa de desarrollo social se llama el empleo formal, que contribuye al crecimiento de las empresas que invierten y generan más empleos, que en la medida en que sean más productivos generan mayores beneficios porque así se crean utilidades que, en una parte, se reinvierten y a su vez generan más empleos, creándose un círculo virtuoso que hace crecer la economía y el bienestar de todos. Sobre todo, en libertad y sin dependencia directa del gobierno.

Lo primero que tiene que suceder para darse este círculo virtuoso es que el gobierno otorgue las mejores condiciones en el entorno en donde las empresas se desarrollan. Para ello, lo primero que debe brindar es la seguridad y la justicia, que crean un ambiente de paz y confianza en donde las personas pueden desplegar lo mejor de sí.

Este entorno es indispensable para crear un bien común en donde las personas se desarrollen en sus talentos y cumplan sus sueños. Esto es lo que representa lo que los mexicanos queremos, siendo abanderados por la precandidata Xóchitl Gálvez, y no el control corporativo que promete Claudia, a través de la continuidad del esquema desarrollado por el presidente López, consistente, ahora, en endeudar al país para:

1. Continuar con los proyectos faraónicos del Tren Maya y Dos Bocas.
2. Continuar alimentando las empresas improductivas del Estado PEMEX y CFE.
3. Continuar con los programas sociales sin reglas de operación, dando dinero sin el componente de dignidad que lleve a la capacitación, la educación y el empleo formal.

Al regresar al entorno de tener un Estado de Derecho que se respete y salirnos del régimen de un solo hombre en el que se nos pretende sumir, es el primer paso necesario para recuperar nuestra esperanza de continuar con nuestro desarrollo democrático y hacia el camino necesario para poder volver, como mínimo, al volumen de inversiones nacionales y extranjeras que tuvimos antes del inicio de la destrucción de nuestra República cuando empezó este gobierno en el cual estamos inmersos.

Es por ello por lo que debemos concentrarnos en transmitir a la ciudadanía estas ideas de evitar la informalidad, que no paga impuestos ni salarios justos y no contribuye en nada para el desarrollo del país. Por ello debemos promover los empleos formales, ya que, de lo contrario, tendremos una crisis mucho más profunda de las que sufrimos hacia finales del siglo XX.

Dejémonos de frivolidades como las que, por fortuna, ya salimos, cuando se pretendió por el presidente dividir el voto opositor, y mejor enfocarnos en apoyar las candidaturas que se pondrán en modo de precampaña en fechas venideras y continuar apoyando la precampaña de Xóchitl hacia la presidencia de la República.