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Para la mayoría de los ciudadanos mexicanos los sistemas electorales de otros países son altamente complejos.
El sistema estadounidense, por ejemplo, resulta incomprensible. Los votos electorales, su distribución, su naturaleza; en fin, toda su estructura antigua nos resulta ardua. Nunca vamos a entender la diferencia entre los votos populares y los votos electorales. ¿Cómo entender por ejemplo la victoria de Trump, si Hillary logró más votos ciudadanos?
Muy duro. Y el caso español también es un galimatías. No hace mucho España estuvo un año sin formar gobierno porque las fuerzas políticas en Las Cortes (su Parlamento), no se ponían de acuerdo. Y hoy, las cosas no son menos complejas.
Por suerte tengo la enorme satisfacción de conocer a Juan María Ansón, una de las leyendas de la prensa en la evolución democrática española, y gracias a su generosidad publico semanalmente una columna desde México en su periódico, “El imparcial”.
Por esa razón, supongo, él no verá mal si utilizo su texto de ayer en favor de los hechos electorales del pasado domingo hispano.
“Los lectores de El Imparcial, que tan generosamente siguen esta sección “Al aire libre”, saben que no una ni dos veces, sino al menos en una docena de ocasiones he expresado las reticencias que me suscitaba la gestión de Alberto Núñez Feijóo, reconociendo siempre su experiencia, su prudencia y su sentido de la moderación. He denunciado abiertamente el “efecto Feijóo” porque la deriva de votos hacia el Partido Popular no procedía del atractivo del nuevo líder sino del antisanchismo.
“No se votaba a favor de Feijóo sino en contra de Sánchez. El dirigente popular, por otra parte, se equivocó de lleno el 29 de mayo al no ordenar que los acuerdos para gobernar ayuntamientos y autonomías se cerraran en 48 horas.
“Durante un par de semanas, el presidente popular dio la sensación de no tener el control del partido. Se equivocó además a lo largo de su tórpida campaña electoral, salvo en el “cara a cara”. Endiosado sobre unas encuestas circunstanciales, retrocedió en un par de semanas todo el terreno ganado en los últimos meses gracias a los errores sanchistas.
“El resultado de las elecciones generales ha constituido de hecho un fracaso para el Partido Popular y para su líder. Apostaron los populares por los 160 escaños y por gobernar sin necesidad de los condicionantes de Vox.
“No ha sido así. Núñez Feijóo tiene que poner ahora los pies sobre la nueva realidad, renunciar al apoyo indirecto que pretende del PSOE de Sánchez y trabajar en uno de los pocos caminos que le quedan para alcanzar la mayoría parlamentaria que le abra las puertas de la Moncloa.
“Necesita los escaños de UPN y de Coalición Canaria y además los del PNV, que es un partido liberal conservador, con el que el PP ha colaborado en más de una ocasión.
“Para conseguir tal propósito, Núñez Feijóo precisa de una negociación con Santiago Abascal y conseguir el apoyo parlamentario de Vox renunciando a incorporarse al Gobierno.
“No será fácil alcanzar el objetivo. Pero Alberto Núñez Feijóo ha demostrado habilidad y capacidad para superar situaciones difíciles.
“Si el actual líder popular fracasara en el intento de formar Gobierno, lo que supondría la reedición del sanchismo actual, lo mejor es que los dirigentes del Partido Popular le expresen el agradecimiento que se merece su trabajo moderado y prudente y que le sustituyan por Isabel Díaz Ayuso, la presidenta madrileña respaldada por un carisma creciente y por las asistencias que la dirección popular necesita”.
Con estos puntos de vista quizá resulte más sencillo comprender las dificultades de los actuales equilibrios del poder en Iberia.
CAMBIOS
Así como los cambios de clima modifican el plumaje de las aves y el pelaje de algunas otras especies, la temperatura política sacude sexenalmente la estructura de los medios.
Cambios y más cambios.