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El futuro de la enseñanza básica es un misterio.

Ni siquiera los altos funcionarios de la SEP conocen las líneas generales de los nuevos materiales.

Y estamos, dato apremiante, a una semana del regreso de maestros para preparar sus planteles para recibir en 14 días a 25 millones de aprendices.

¿A estudiar qué?

Hasta ayer nadie lo sabía y educadores y educandos serán informados este martes del nuevo rumbo marcado desde las aulas para los niños de hoy, jóvenes del mañana y adultos del futuro.

Nuevos textos, sirva de memoria histórica, a los cuales se opuso Esteban Moctezuma porque no cumplían los requisitos de planes y programas asentados en ley.

Por eso se opuso a la designación de Marx Arriaga como director de Materiales Educativos de su dependencia, pero lo sucedió Delfina Gómez y ella no opuso reservas.

NI DELFINA NI LETICIA

Marx Arriaga y un grupo cerrado decidieron los contenidos.

No oficialmente, pues ayer el Presidente dio otra información:

“…se ha avanzado mucho en mejorar los contenidos educativos que ya han sido aprobados después de consultas no sólo con expertos, con pedagogos, sino con las mismas maestras y maestros, los que atienden a los alumnos en el aula, los que tienen experiencia y saben lo que se necesita…”.

Dijo más:

“…nada qué ver con la reforma educativa (de Enrique Peña Nieto) que se quería imponer sin el consentimiento y sin tomar en cuenta a las maestras y a los maestros, que son los que transmiten el conocimiento en el aula…”.

Se sabe, según rumor en la SEP, de algunos integrantes de los redactores del futuro material además de Arriaga:

Luciano Concheiro Bojórquez, subsecretario de Educación Superior.

Rosa María Mendoza, subdirectora de Planes y Programas de Estudio.

Ángel Díaz Barriga, investigador cuya promesa es reorganizar los grados escolares pero no desaparecerlos como se ha rumorado.

Extraño, pero ningún funcionario habla de la participación de Delfina Gómez en su herencia postrera como miembro del gabinete.

Y tampoco refieren alguna injerencia de la nueva secretaria, Leticia Ramírez Amaya, cuya labor magisterial se remonta a los ochenta.

Ella llega con todo decidido y a aplicar planes, programas y contenidos sin haberlos conocido con antelación para marcar su paso por la SEP.

PLAZAS Y PENSIONES

Un buen programa sí ha trascendido los relevos educativos.

Con negociaciones conciliatorias y sin estridencias, el SNTE de Alfonso Cepeda prosigue la búsqueda de plazas al personal con años de servicio en el sector.

Oficialmente se han regularizado, dato presidencial de ayer, a 600 mil trabajadores administrativos, técnicos y maestros.

Las negociaciones son difíciles porque involucran varias dependencias, especialmente la SHCP de Rogelio Ramírez de la O para generar las partidas respectivas.

Los arreglos se extienden a los gobiernos estatales porque prácticamente todos -una excepción es la Ciudad de México- cuentan con sistemas estatales.

Lucha adicional es la emprendida por Cepeda para igualar las condiciones de previsión social del magisterio con los asegurados del IMSS, en especial en materia de pensiones.