Lo que era una buena propuesta, de construir casas para que los trabajadores pudieran obtener un inmueble, se ha convertido en un problema, puesto quien estará al frente del Infonavit, Octavio Romero Oropeza, no dejo buenas cuentas cuando estuvo al frente de Pemex y convirtió a la empresa solo en un barril sin fondo, al cual se le inyecto una inmensa cantidad de recursos públicos para sanear sus finanzas sin lograr este objetivo.
Nadie puede estar en contra de que se construyan casas con precios accesibles a la economía familiar de los trabajadores. Lo que se pone en duda es la veracidad de este objetivo, porque crear una empresa que dependa directamente del gobierno no es una garantía para los trabajadores y los patrones.
Porque no se debe olvidar que los recursos que manejará Romero Oropeza para la construcción de las casas no son propiedad del gobierno federal, El Infonavit es un organismo tripartito, donde trabajadores, empresarios y el gobierno aportan recursos, por lo cualquier proyecto deberá presentarse a los representantes de los tres participantes, para que sea analizado y en su caso aprobado.
Esto mismo deberá ocurrir con el Congreso de la Unión, donde se discutirán las leyes y normas de operación de la empresa constructora, por lo que también se deberá informar de manera clara a los trabajadores este proceso.
El dinero que aportan los trabajadores es de su patrimonio individual y son cuentas nominativas, por ello deben ser protegidas, Esto obliga a establecer que el Infonavit deberá garantizar que los recursos de los trabajadores sirvan para obtener casas adecuadas, con precios accesibles y construidas con materiales de calidad superior, Por tanto, más allá de las propuestas y discursos populares, está en riesgo el patrimonio de millones de trabajadores y sus familias.
Esto obliga a los legisladores, diputados federales y senadores, a realizar una discusión clara en beneficio de los recursos de los trabajadores y que la constructora se ciña a estas leyes y no se convierta en una empresa con opacidad.
También deberá esclarecer, que el titular del Infonavit, por ser parte del gobierno federal, deberá rendir cuentas a la secretaria encargada de llevar cabo el análisis del manejo de los recursos, y en caso de encontrar anomalías, se deberá establecer, bajo que marco se podrá sancionar el mal uso de esos recursos.
Los trabajadores por años solo observaron como muchos funcionarios públicos lograron amasar grandes fortunas con el manejo de sus recursos aportados al organismo, luego vieron también, que muchas constructoras se beneficiaron de estos recursos y que la posibilidad de obtener una vivienda cercana a sus centros de trabajo con todos los servicios públicos disponibles era cada vez más lejana.
Esto provoco que muchos de los trabajadores quienes accedían a estas viviendas dejaran abandonadas las viviendas, cayeran en cartera vencida y jamás recuperarán sus recursos, obligando a los trabajadores a rentar vivienda con precios sumamente altos.
Construir vivienda para los trabajadores no solo es por decisión de una sola persona, ni tampoco se puede construir casas alejadas de los centros de trabajo, solo porque se compraron terrenos baratos, Construir casas para los trabajadores debe partir de un estudio social, donde se establezca que quienes las habiten, tengan un menor gasto para transportarse a sus centros de trabajos, cuenten, como lo he señalado, con servicios de salud, educación y centros comerciales para surtir sus despensas.
No se trata de iniciar asentamientos humanos, nada más porque así lo dicta la ley, sino que estos establecimientos tengan la capacidad de desarrollar una plusvalía para el trabajador y sus familias.